A veces cuesta entender como es la vida!. Una se da por entero a una situación que por supuesto has aceptado, entendiendo que va a ser lo mejor para tu pueblo.

Trabajas sin reparar en las ideologías de las personas, solo por y para tu pueblo y consigues mucho más de lo que quizá pudieras haber imaginado. Ahí queda todo lo conseguido, nada te llevas para ti, es lo normal y lo que debe hacerse por integridad y dignidad.

Sin embargo, de repente, te encuentras de nuevo entre bocas de aquellos por los que has trabajado, por los que has intentado hacer lo mejor y lo correcto. ¿El motivo?. Una Auditoría de la Cámara de cuentas que curiosamente se manda hacer durante el equipo de gobierno actual SOLO DE LOS AÑOS EN LOS QUE ESTUVE COMO ALCALDESA. NO DE TODA LA LEGISLATURA, NO. SOLO DE UNA PARTE, DE LA QUE ESTABA YO AL FRENTE. Y curiosamente, también, desde el Ayuntamiento no se da la información que se requiere, ni la documentación que se solicita (y esto no lo digo yo, lo dice la Cámara de Cuentas en su informe), y claro, la Auditoría no puede como sería su responsabilidad, emitir una opinión de auditoría financiera sobre la Cuenta General del Ayuntamiento de Caspe del año 2015 y tampoco puede expresar una opinión sobre si las actividades y las operaciones presupuestarias y financieras realizadas en los ejercicios 2013, 2014 y 2015 por el Ayuntamiento de Caspe resultan conformes con la normativa aplicable a la gestión de los fondos públicos. Y esto tampoco lo digo yo, lo dice textualmente el informe enviado por la Cámara de Cuentas.

No es esto lo que ha aparecido en distintas publicaciones, sino que lo que se ha trasladado es una mala gestión realizada en los años que estuve al frente del Ayuntamiento. ¿Qué se quiere conseguir con esto? ¿A quién o quienes le interesa?.

Tengo la conciencia muy tranquila, pues nada de lo que se quiere transmitir es cierto. Mi labor, y sé que en ella habrá habido fallos, ha sido siempre realizada con respeto, honestidad y trasparencia.