Recientemente hemos podido ver una fotografía que podría hacer historia. Fue con motivo del acto del pasado sábado en la Fresneda, donde cientos de personas se concentraron convocadas por las asociaciones Gent del Matarranya y la Asociación de Empresarios del Matarranya, para defender los paisajes de la comarca en plena campaña de alegaciones a las centrales eólicas propuestas.

El objetivo se logró. Lo muestran claramente los titulares de la prensa: «El Matarraña escenifica el rechazo a acoger parques eólicos», según La Comarca y el Heraldo de Aragón. Este objetivo, de por sí importante, es más significativo de lo que parece. Dentro del nombre «Matarraña» no sólo se encontraban las dos entidades convocantes, derivadas de la sociedad civil y económica, también estaba la representación política. Así, el Diario de Teruel titulaba: «Alcaldes afectados por parques eólicos firman el pacto para la defensa del paisaje». Es decir, la defensa del paisaje se planteaba ligado a la unidad, tal y como se manifestaba en el cartel de la convocatoria: «Unámonos para defender nuestra comarca.» Y la fotografía se produjo: el presidente de Gent del Matarranya, la presidenta de los Empresarios y 6 de los 7 alcaldes/esas de las poblaciones afectadas por las instalaciones eólicas, además de otros representantes de los estamentos sociales, científicos y políticos.

Seguro que alguien opinará que este tipo de actos no tienen trascendencia, y que si al final quieren meter molinillos, los pondrán; son empresas muy grandes y bien relacionadas. Pero dejad, aunque sea por unos instantes, que saboreamos el éxito. Porque pase lo que pase de aquí en adelante, nos podemos felicitar de los procesos de democracia y dignidad que han tenido lugar las últimas semanas: de abajo hacia arriba, con reuniones informativas, folletos, recogida de firmas y alegaciones…; y también de arriba hacia abajo, con las reuniones y consultas locales que han realizado los alcaldes. Esta unión da una fuerza extraordinaria en el territorio. El frente común que se ha gestado a raíz de la amenaza de la masificación eólica quedará en el territorio, independiente de los resultados finales, y será un puntal para empujar otras sinergias y ganar las muchas problemáticas del mundo rural.

Cuando una sociedad llega a un frente común se llama tener cohesión territorial, una cosa que no se puede comprar con dinero, sino que hay que conseguirla con una ciudadanía con valores de democracia y dignidad que crea en el trabajo conjunto de todas y todos . Por eso la foto del sábado era la escenificación del rechazo a las eólicas, pero iba mucho más allá: suponía la puesta en marcha de una necesaria cohesión territorial de manera vertical, desde la sociedad hasta los representantes políticos, y a la inversa, y también horizontal, apoyándose unos pueblos con otros y yendo todos a una.

Encontramos otros momentos en la historia de nuestro territorio que nos demuestran la fuerza de la unión. En 2002 se creó la Comarca del Matarraña / Matarranya con este espíritu: juntarse los pueblos y las gentes para ser más efectivos y apoyarse. Anteriormente, había existido la Mancomunidad de municipios del Maestrazgo, que hizo sus pinitos para fomentar un turismo entonces incipiente. Mucho antes, recién estrenada la democracia, en 1978, se fundaba la cooperativa GUCO (Ganadería Unida Comarcal) a la que siguieron la creación de un montón de empresas de producción y de servicios a la población dentro del Grupo Arco Iris y otros. Son tres ejemplos de trabajo por un frente común que testimonian la cohesión territorial y demuestran la máxima de que la unión hace la fuerza. Son tres realidades que han hecho historia porque la unión hace la Historia. Y esta es la conclusión de la foto del sábado pasado.

Pepa Nogués. Gent del Matarranya