Hoy celebramos en Alloza a nuestro patrón del pueblo, San Blas. Parece que vaya a ser otra fiesta más de las que los pueblos festejan en invierno, pero este año en Alloza es especial. No hace falta decir las ganas que se tienen al ser el primer patrón después de la pandemia, con celebraciones completas. Comidas populares sin restricciones entorno a la hoguera, viéndonos las caras y compartiendo parrilla como debe de ser; verbena popular y misa con procesión.

Lo especial se produce cuando el grupo de Bandeadores San Blas, hace girar, voltear, doblar o bandear, como lo hagamos llamar, las campanas de la iglesia. Un lenguaje sonoro como medio de comunicación comunitario que en este caso tocará a fiesta grande. Y es que ese momento que se produce para la llamada a misa y durante las procesiones, estremece el cuerpo y lo hace vibran por el anuncio que transmite. Aún mejor cuando contamos con uno de los pocos grupos de bandeadores constituidos en España y solo uno de los dos que están en Aragón. No solo es el tocar y escuchar, sino que lo que escucharemos y sentiremos es Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad y eso son palabras mayores de las que tenemos que estar muy orgullosos todos los Allocinos puesto que nos iguala a la fiesta de los patios de Córdoba, las Fallas de Valencia o las Tamborradas como nuestros vecinos de la Ruta del Tambor y Bombo.

Y no menos especial y llamativo es el poder disfrutar del Dance de Alloza, que probablemente inició su celebración en la segunda mitad del s.XVIII y que en la actualidad es impulsada por Alfredo Andreu, vecinos del pueblo, ayuntamiento y colegio. Uno de los elementos de mayor interés es la conservación de las prendas con llamativos colores rosas. En estos momentos el dance de Alloza está en proceso de ser declarado Bien de Interés Cultural Inmaterial por parte de la DGA, pasos previos para que consiga ser, al igual que el toque manual de campanas, Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.

La compra de la ermita de San Blas, desde 1970 en manos privadas, por parte del ayuntamiento será el colofón a unas fiestas patronales especiales y esperadas puesto que muchos jóvenes entre los que me incluyo, no habíamos visto el interior de la misma, quedándonos con asombro de lo que en su interior alberga, pinturas policromáticas y una gran cúpula que esperemos un día poder recuperar. Bandeadores y danzantes salen el día grande, este año si, para hacer una parada en la ermita del santo, para emocionarnos y hacernos vibrar pensando en que en este pueblo tenemos algo tan único que nos hace especiales.

Marta Sancho. PAR Alloza