Los primeros informes sobre las gravedad de los daños en las viviendas se conocerán la próxima semana
El Ayuntamiento de Alcañiz está preparando un informe para solicitar al Gobierno Central que declare el cerro Pui Pinos como zona catastrófica. El departamento de Urbanismo está preparando la documentación necesaria para remitirla próximamente al gobierno estatal y lograr así esta consideración especial que puede dar acceso a ayudas económicas superiores a las estipuladas en los planes de emergencias.
Los primeros informes sobre las casas afectadas por el derrumbe del cerro Pui Pinos podrían estar listos a mediados o finales de la próxima semana. En ellos se especificará de forma individualizada si las viviendas pueden ser reparadas o si, por el contrario, son irreparables y, por lo tanto, se deben demoler. Así lo anunció ayer la dirección de obra en una reunión con dos representantes de los afectados, técnicos municipales y equipo de gobierno. Los vecinos transmitieron a la dirección su interés por poder recuperar el máximo número de enseres posibles y los técnicos les trasladaron que intentarán ser lo más sensibles posible dentro de lo que permita la situación. «Como no hay vidas en peligro dentro de un cuadro de seguridad se intentará recuperar el máximo número de objetos personales», apunta el concejal de Seguridad Ciudadana del Ayuntamiento de Alcañiz, Nacho Esparells. Los técnicos pidieron una semana de margen para ofrecer una respuesta a los afectados. En el mejor de los casos serán trabajadores cualificados los que puedan acceder a las viviendas mediante algún equipo especial.
Respecto a la recuperación de los enseres que se encuentran entre los escombros de la ronda Teruel, los vecinos podrán revisarlos en una planta de procesado y no en el mismo lugar del suceso, tal y como ellos demandaban, para garantizar una mayor seguridad.
La reunión de ayer supuso la primera toma de contacto entre ambas partes a petición de los vecinos, que querían conocer de primera mano el avance de los trabajos y resolver varias dudas. Desde esta semana la dirección de obra fue asumida por la empresa de ingeniería y consultoría EID, que trabaja de la mano de un equipo de geólogos de GEODESER y el gabinete geológico de Diputación Provincial de Teruel.
Para preparar la reunión, el miércoles los vecinos se reunieron en asamblea y determinaron qué preguntas iban a formular a los expertos. Sus dudas se centraron en el porqué del desprendimiento, pero también en qué consisten los trabajos que se están realizando y si se está actuando debidamente.
Uno de los portavoces de los vecinos, David Miranda, explica que ayer recibieron «explicaciones en las que estuvieron más de acuerdo y otras que menos pero que respetan la decisión de los expertos y su interés por reunirse con ellos a los pocos días de comenzar a trabajar». «Nos han transmitido que lo intentarán hacer lo mejor posible y que tendrán en cuenta nuestras peticiones. Es normal tener discrepancias, ocurre en todos lados. A nosotros lo que nos interesa más son nuestras viviendas, miramos por lo poco que nos queda», afirma Miranda.
Cuatro familias en pisos de alquiler
Las cuatro familias de las viviendas que resultaron más dañadas en el derrumbe de Alcañiz ya se han trasladado esta semana a pisos de alquiler costeados por el Ayuntamiento. Se trata de los propietarios de las casas cuyo estado debe ser evaluado por los técnicos por lo que no podrán regresar a sus hogares en el corto plazo. Otras 16 personas continúan en un hotel. A ellas se suman los afectados que prefirieron trasladarse a casas de familiares. En total, cuando se cumplen 10 días del suceso, la mitad de los desalojados continúa residiendo fuera de su hogar. La mayoría son los propietarios del edificio situado al otro lado de la calle, cuya estructura no está afectada aunque debe esperar al informe de los técnicos. Una de las viviendas de enfrente podría caerse, lo que pone en riesgo la entrada al bloque.
Ayer también se anunció que la próxima semana se volverán a paralizar los trabajos del talud para que los afectados vuelvan a entrar de nuevo a sus viviendas a recoger más enseres, tal y como ya sucedió el martes. Se estipulará una fecha y unas horas en concreto para realizar estas entradas de manera coordinada y segura.
El martes se permitió, durante media hora, la entrada a siete viviendas de las cuales aceptaron cinco. El operativo, que se prolongó durante toda la tarde, estuvo coordinado por tres patrullas de la Policía Local y un equipo de bomberos de DPT. La dirección técnica también autorizó que se retiraran algunos vehículos y material de trabajo, algo muy demandado por los vecinos para poder continuar, en la medida de lo posible, con su vida normal. En la parte de arriba del derrumbe, los propietarios sacaron un tractor y dos vehículos bajo la coordinación de los Bomberos. Después, se actuó en los garajes de la parte de abajo del edificio, a la altura del río Guadalope. En este caso fueron los propios Bomberos los que extrajeron dos turismos. En uno de los garajes hubo que limpiar el suelo porque habían caído cascotes del techo y en el otro hubo que forzar la puerta, muy estropeada. También se extrajo un coche aparcado en la calle que quedó sepultado por los cascotes. En su caso, fue necesario emplear un gancho para tirar a distancia. Después, el turismo fue retirado de la zona con una grúa. Por último, se abrió paso para que el propietario y dos trabajadores de una empresa de construcción local se llevasen herramientas de trabajo acompañados de un bombero. Todos estos trabajos se realizaron sin incidencias. Se prolongaron durante más de tres horas terminando a las 20.30, cuando se volvieron a retomar los trabajos para asegurar el talud.
Continúan los trabajos
Los informes geotécnicos de la zona, no estarán listos hasta medio o largo plazo. Por el momento, se continúa investigando cual ha sido la causa de este desprendimiento.
Los trabajos en el talud, que no han cesado desde que se produjo el derrumbe, se están realizando en dos fases para que no se produzcan desprendimientos de manera no controlada. Primero se estabiliza el cabezo y después, se hará lo propio con todo el cerro. Hasta ahora, se están llevando a cabo deslizamientos de manera controlada para no producir más daños. No obstante, no será hasta en un periodo de tiempo de medio o largo plazo, cuando se reciban informes geotécnicos de la zona. Por el momento, se continúa investigando cuál ha sido la causa de este desprendimiento.
En el derrumbe existen dos tipos de escombros. Por un lado, tierra natural que ya se ha proyectado para aprovecharla en otras zonas como relleno. Por otro, los restos de las viviendas. Se estima que ya se han extraído entre 4.500 y 5.000 metros cúbicos de rellenos antrópicos.
Reunión de DGA
Por otro lado, el delegado de DGA en Teruel, Antonio Arrrufat, se reunió ayer con los vecinos afectados para conocer el suceso y realizar un informe que trasladará a las consejerías de Presidencia y Vertebración del Territorio. Se trata de la primera visita de un representante del ejecutivo autonómico a la zona nueve días después del suceso aunque no fue anunciada de forma oficial al Ayuntamiento ni a los medios de comunicación. Se espera que hoy el alcalde, Juan Carlos Gracia Suso, llame al consejero de Presidencia, Vicente Guillén, para concertar una reunión en los próximos días «una vez la zona ya está controlada».