Más de un millar de personas participó en la movilización convocada por los amigos y familiares de Víctor Romero
«Amigos y amigas, unid vuestras voces y haceos escuchar. No podemos dejar que esta atrocidad caiga en el olvido. No podemos permitir que nos olviden». Con estas palabras terminó Óscar Romero, hermano de Víctor Romero, uno de los dos guardia civiles asesinados por Igor el Ruso el pasado 14 de diciembre, la lectura del manifiesto en la plaza España de Calanda, donde más de un millar de personas se congregó ayer por la tarde para exigir «verdad» y «justicia» para los tres asesinados a manos del exmilitar serbio.
Dolor, rabia y tristeza es lo que se podía ver en las caras de los bajoaragoneses. Los amigos y familiares de Víctor Romero habían convocado una movilización en Calanda, localidad natal del guardia civil, para recordar y condenar el trágico suceso de Andorra. El sentir popular era de rabia y frustración por no conocer lo que realmente sucedió y si, como reclaman muchos, se pudo hacer algo más entre el 5 diciembre y el 14 de diciembre, cuando Norbert Feher asesinó a Víctor Romero, Víctor Jesús Caballero y José Luis Iranzo.
La movilización comenzó en la plaza Oliva Gasque, a las puertas de la casa familiar de Víctor. Se repartieron globos blancos entre los manifestantes, que fueron escribiendo mensajes en ellos. Los familiares de los tres asesinados subieron al balcón de la casa de Víctor Romero para soltar sus globos, y tras un emotivo minuto de silencio, la muchedumbre congregada hizo lo propio.
Bajo un estremecedor silencio, la marcha, con los familiares y amigos de Víctor a la cabeza, comenzó el recorrido hasta la plaza España. Allí, los hermanos del Guardia Civil asesinado, Rocío y Óscar Romero, procedieron a la lectura de un manifiesto ante la atenta mirada de más de un millar de personas. Rocío tomó la palabra y se dirigió a los presentes. «Muchas gracias a todos, los que de una u otra manera nos habéis acompañado en estos momentos de dolor». Rocío recordó a su hermano como una persona que cumplió su sueño, el de ser Guardia Civil. «Siempre con una sonrisa y ayudando a los demás, disfrutaba de su trabajo».
Después tomó la palabra su hermano Óscar, quien se refirió al dispositivo desplegado tras el día 5 de diciembre, cuando dos personas resultaron heridas de bala en Albalate. «El uso de este tipo de arma indicaba que no se trataba de un delincuente común. Por ello, no entendemos por qué no se aplicaron los dispositivos de seguridad necesarios». «Las muertes de Víctor, Víctor Jesús y José Luis demuestran que las medidas no fueron suficientes».
También reclamó una «seguridad en condiciones» para el medio rural. «Nos sentimos desprotegidos y con miedo. Por eso, exigimos que nos cuenten la verdad y que no se corra una cortina de humo para despistarnos». Una vez terminada la lectura del manifiesto, se celebró una misa funeral en la iglesia de Calanda.
«En el medio rural estamos solos»
Más de un millar de personas se concentró ayer en Calanda para condenar el triple asesinato cometido por Igor el Ruso en Andorra el pasado 14 de diciembre y la sensación de indefensión que se siente en el medio rural estaba en boca de todos. Joaquín Moreno, uno de los amigos de Víctor Romero, fue tajante y señaló que en muchos de los pueblos «estamos solos». «Pedimos que esto no vuelva a suceder y reivindicamos más seguridad para nuestros pueblos, porque a día de hoy se sigue robando y, al final, estamos solos».
En el mismo término se refirió José Ramón Ibáñez, alcalde de Calanda, quien expresó el «cabreo» y la «indignación» que siente todo el Bajo Aragón. «La gente está cabreada porque vemos que en el medio rural cada vez hay menos de todo. Ya no somos ciudadanos de segunda, sino de tercera, cuarta o de quinta categoría. Lo único que pedimos son las mismas condiciones que tienen los demás ciudadanos. Al final, estamos perdiendo calidad en todos los servicios y esto no puede ser», aseguró.
Los amigos de José Luis Iranzo tampoco se quisieron perder ayer la movilización en Calanda. Estuvieron dando su apoyo a los amigos y familiares de Víctor Romero y también recordando a José Luis. Nacho Blasco, uno de los amigos, todavía no comprende como un mes después del terrible suceso todavía no se conoce lo que realmente ocurrió. «La verdad es que no lo entendemos. Sabemos que es una cosa judicial, pero viendo que el autor está detenido y que ha asumido los hechos… Pero bueno, estamos a la espera de que se aclare todo y así poder pedir las verdades del caso y también responsabilidades», explicó.
A la hora de pedir responsabilidades sobre el operativo desplegado durante el 5 y el 14 de diciembre, José Ramón Ibáñez prefirió ser más cauto. «Mientras alguien no me explique qué es lo que pasó y por qué se hizo lo que se hizo, me cuesta pedir responsabilidades. Lo que sí que me parece inaceptable es que a estas alturas todavía no se haya explicado lo que ocurrió«, sentenció. Por su parte, Joaquín Moreno explicó que pese a que todavía no se ha abierto el secreto de sumario, existe «cierta sensación» de que quizás se pudo hacer algo más. «Estamos aquí para pedir justicia y para reivindicar todo lo que se hizo durante los días que el asesino estuvo suelto por nuestros montes».