Las diferencias de votos entre las instituciones son en algunos casos notables dependiendo del tirón del líder local y de las candidaturas que no se presentan
¿En qué piensan los electores cuándo votan? ¿Qué es lo que valoran? ¿La marca personal cada vez cuenta más o la desafección por la política provoca que conozcamos menos a los candidatos? ¿Cambiamos nuestro voto dependiendo de la institución? La respuesta a estas preguntas facilitaría la confección de muchas campañas electorales y ayudaría también a comprender el panorama que nos dejan las últimas elecciones, con todo por decidir.
Hace un mes los bajoaragoneses votaron a su futuro gobierno estatal escogiendo a sus representantes por Teruel o Zaragoza -en el caso del Bajo Aragón-Caspe- y el domingo hicieron lo propio con los ayuntamientos, gobierno autonómico y parlamento europeo. Los resultados, en algunos casos, son muy distintos, lo que denota que la marca del candidato, las propuestas o el voto de castigo a veces tiene más influencia que la propia ideología.
Las diferencias más notables se encuentran en Híjar y Valderrobres. En la primera, tan solo 1 de cada cuatro personas que votaron al PSOE en las autonómicas repitieron papeleta en las locales. En la capital del Matarraña, el PP arrasó en las locales pero perdió la mitad de los apoyos en las autonómicas.
En Alcañiz, el pasado domingo el PSOE convenció mucho más en las locales-donde arrasó al subir de tres a siete concejales capitalizando el voto de la izquierda y el centro- que en las autonómicas, donde tuvo casi 380 votos menos. En cambio, el PP, aunque cayó en votos en las municipales respecto a 2015, tuvo mucho más apoyo que en las autonómicas, 425 sufragios más, que a la hora de escoger la DGA se podrían haber repartido entre Vox y Ciudadanos. La formación de extrema derecha obtuvo 418 apoyos en las autonómicas, una cifra mucho menor que en las europeas (649) y que en estatales de hace un mes (1.040). En cambio, El PAR convenció mucho más en las municipales (1.264) que en las autonómicas (921), con 343 votos de diferencia. En Ciudadanos ocurrió todo lo contrario, la candidatura local convenció a 557 electores pero la autonómica a casi el doble, 958.
También es destacable la mitad de personas que votaron a IU en las locales (482) no lo hicieron en las autonómicas (275), con un probable trasvase a Podemos, donde el voto a las Cortes (491) superó con creces al local (290).
Comparando el voto con las nacionales y las europeas, en el PP la diferencia es mínima pero no así en el PSOE. Convenció mucho más en las locales y europeas que en las nacionales y, sobre todo, en las autonómicas, que es dónde más cae. En el caso de Ciudadanos, dos de cada tres que escogió la papeleta de la formación en abril no le convenció la opción local.
Al igual que en la capital bajoaragonesa, en Caspe el PSOE logró en las autonómicas (1.278) su peor resultado pese a que en las locales (1.413) bajó considerablemente su apoyo respeto a 2015 (1.844). Los resultados del centro derecha denotan la buena acogida de la lista local de Ciudadanos frente al flojo apoyo de la del PP, que perdió más de la mitad de los votos de hace cuatro años. En las autonómicas y europeas también se arrastró esta tónica aunque Cs con peores resultados que en las locales y en los populares mejores aunque con apenas un centenar de votos de diferencia. En Podemos y CHA la diferencia no es muy abultada aunque con mejores resultados de su lista local que la autonómica por parte de los aragonesistas y peores en la formación morada.
En Calanda Alberto Herrero sacó 275 votos más en las locales que como cabeza de lista del PP de Teruel a las nacionales posiblemente por el escaso apoyo a Cs en las locales. También los socialistas, aunque perdieron la mayoría, convencieron más que en las autonómicas y estatales.
En Alcorisa también las dos principales candidaturas locales convencieron el domingo más que las autonómicas con una diferencia de 95 votos en socialistas y 206 para los populares.