Accidentes o negligencias en usos de ocio o laborales, desatan la mayor parte de los fuegos
Las lluvias primaverales han sido aliviadoras en todos los sectores y han contribuido a construir una bienvenida al verano con unos montes hidratados. Ha llovido y, además, lo ha hecho de manera constante y calando en el terreno.
También han aliviado las estadísticas en incendios forestales. Las cifras «ofrecen normalidad» en los meses de enero y febrero y unos índices «muy claramente por debajo de la media histórica entre marzo y mayo en los últimos 15 años».
Según los datos de DGA, hasta el 31 de mayo, Aragón ha registrado 116 incendios forestales que han afectado a 159,27 hectáreas (el 11,41% eran zonas arboladas). Tanto el número como la superficie afectada están por debajo de la media histórica 2001-2017 (187 incendios y 475,07 has.) para este mismo periodo.
Además, el 71% de los siniestros se quedaron en conatos (menos de una hectárea) y el 6% superaron las cinco. En este sentido, el director general de Gestión Forestal Caza y Pesca de la DGA, Ángel Berzosa, destaca que en Aragón «estamos por encima de la media en rápida intervención dejando en conato el 77% de los incendios forestales».
El año 2017 fue duro en climatología. Las lluvias solo hicieron acto de presencia en el inicio de la campaña que además hubo que adelantar 15 días. Este año se activó el 15 de junio y durará, en principio, hasta el 15 de septiembre. Durante el año pasado se produjeron 464 incendios forestales con una superficie quemada de 908 has. (256 arboladas).
Una primavera lluviosa trae consigo mayor proliferación de herbáceas y, por lo tanto, más combustible. Habrá que esperar a ver cómo avanza el verano y saber si esto tendrá alguna consecuencia aunque fuentes del sector aseguran que «esto no significa más riesgo de incendios». Alertan de que el verdadero peligro para que se desate un gran incendio está en que se den condiciones climatológicas extremas de forma puntual, como por ejemplo, días de tormenta seca o vientos del Sáhara.
Las causas naturales representan un porcentaje muy bajo ya que detrás del 80% de los fuegos que se producen durante el año, está la acción humana, más que en el sentido de provocados o intencionados, se trata de los derivados del uso que se hace del monte en el ocio o ámbito laboral (trabajos agrícolas, ganaderos o industriales). Fuera de la época estival, el porcentaje asciende al 95%. «Algunas acciones llevan a pequeñas negligencias o accidentes que nos producen este tipo de fuegos», dijo Berzosa. En este sentido, incidió en la importancia de que la sociedad haga uso responsable del entorno.
En esta advertencia entran también las administraciones. De hecho, la Fiscalía de Teruel ha hecho varios avisos a ayuntamientos y empresas para que pongan medidas en la prevención. Una de ellas es una empresa que opera un vertedero de neumáticos en Estercuel por considerar el riesgo de contaminación ambiental que habría en caso de incendio. Endesa, que ya resolvió el problema, también recibió un aviso por el contacto de los cables de una línea eléctrica con zonas arboladas de Monroyo. El Ayuntamiento de Alloza también ha sido advertido para que mejore la protección de la barbacoa del Calvario y evitar fuegos imprevistos.
En cuanto a los intencionados o provocados, como fue el caso del que se desató diciembre en Valderrobres, aseguró que se tratará de incrementar en la medida de lo posible los equipos de investigación. «En aquellos que ya podemos prever que no tienen una causa natural o por el uso del medio, sino que podemos saber que son intencionados, trataremos de hacerlo y, como el año pasado, lo pondremos en conocimiento del fiscal».
Presupuesto y contrataciones
Este año se han destinado 28,5 millones de euros para prevención y extinción de incendios. El Departamento de Desarrollo Rural y Sostenibilidad cuenta con un incremento del presupuesto sobre la contratación del operativo de 2 millones de euros respecto al de 2017, año en el que ya se experimentó un incremento en 3,7 millones. De los 28,5 actuales, el 75% corresponde a la contratación de las cuadrillas (21,27 millones de euros). Respecto a la media de la legislatura anterior, el presupuesto de 2018 supone un aumento de más del 50%. «Esto nos ha permitido un incremento en el periodo de contratación de la mayor parte de las cuadrillas por vez primera. El caso de las helitransportadas, que son 96 personas, alcanza los 12 meses del año», añadió el consejero, Joaquín Olona, en la presentación de la campaña. Las cuadrillas terrestres trabajarán 10,5 meses, lo mismo que las autobombas de DGA. No obstante, esta ampliación de contrataciones no se cumplirá con las conveniadas ni con los puestos de vigilancia. «Las autobombas conveniadas, que la mayoría están en Teruel, siguen igual con tres meses o tres meses y medio de contratación y con las torres sucede lo mismo, que estarán el mismo periodo que en 2017», denunció el delegado de CGT en Sarga, David Usón. Asegura que no han obtenido explicación desde DGA y que este asunto fue llevado a las Cortes de Aragón donde el consejero fue interpelado por Podemos el mes pasado. «Ese día nos reunimos con todos los grupos parlamentarios pero el socialista nos emplazaron a más adelante y queremos reunirnos con ellos para que nos expliquen los motivos», añadió.
Respecto a las cifras de personal en periodo estival, son similares a las del año pasado. Trabajarán en total 1.282 personas y se repartirán en 816 trabajadores de Sarga, 411 de la DGA y 55 del Ministerio.
Parte del presupuesto se dedica a la prevención con una serie de medidas que continuarán en verano. Las cuadrillas actuarán precisamente sobre los combustibles que este año se prevé que sean más por las lluvias, -sobre la vegetación-, para permitir un mejor acceso y defensa en caso de fuego. «Se está trabajando entre 4.500 y 5.000 hectáreas en aquellos puntos que, de antemano, han previsto los técnicos», añadió Berzosa.
Recordaron, no obstante, que ninguna de estas acciones «por sí solas no evitan, ni en el futuro evitarán» los incendios forestales. «Depende cada vez más de la colaboración de toda la sociedad para reducir al máximo las causas humanas», incidió Olona, quien además se refirió a la «necesidad de la conservación de la ganadería extensiva y su labor de limpieza del monte».