El gran maestro Lev Tolstoi dejó escrito: «Todas las familias felices se asemejan. El resto, las infelices, cada una lo es a su manera». Y es, precisamente, una de estas últimas la que la norteamericana JANE SMILEY retrata con una mirada perspicaz y una enorme lucidez en esta extraordinaria y, a la vez, escalofriante novela breve que hoy os presento: «LA MEJOR VOLUNTAD».Bob Miller ha creado el paraíso con el que siempre soñó: una granja en lo alto de un valle, a cinco kilómetros del pueblo más cercano, donde él y su esposa Liz viven y crían a su hijo de siete años, Tommy, cultivando su propia comida, hilando y tejiendo su ropa, fabricando sus propios muebles. Él mismo construyó la casa en la que habitan, sin teléfono ni televisor, sin automóvil, sin más conexión cotidiana con el mundo exterior que los viajes diarios de Tommy a la escuela. Allí viven, piensa Bob, y allí vivirán siempre.Bob y Liz se enorgullecen del estilo de vida autosuficiente que han escogido, pero si de algo se siente verdaderamente orgulloso Bob es de Tommy, ese chico entusiasta, receptivo, obediente y dispuesto a dejarse guiar por su padre. Por eso nunca habría imaginado que un día su hijo fuera capaz de agarrar dos deliciosas muñecas de una compañera de clase, de raza negra y pudiente, y destrozarlas, acompañando la acción con graves insultos.
¿Racista el hijo educado en la modestia de la agricultura ecológica, del respeto por los ciclos estacionales y las herramientas hechas a mano? A Bob le recorre un escalofrío. Algo va mal, realmente mal, y él no lo ha visto venir. Quizá sea un síntoma de que esa utopía se tambalea, que únicamente está construida para satisfacer el ego de un hombre nublado mientras su mujer busca la idea de Dios y su hijo se venga de aquellos privilegiados a los que le gustaría parecerse. ¿Qué ha pasado? ¿Qué se ha hecho mal? Lo único seguro es que ya es tarde. A esa primera agresión seguirán otras y…En una narración que avanza con paso inexorable hasta un final impactante, SMILEY, con su distintivo talento para retratar las relaciones familiares (hay que leer también: «La edad del desconsuelo» y «Un amor cualquiera»), se sumerge en los miedos y las esperanzas que depositamos en nuestros hijos, y en los modos en que, sin darnos cuenta, boicoteamos nuestros propios sueños, incluso cuando actuamos con la mejor de las intenciones.La prosa de SMILEY es lúcida y clara, sin adornos especiales, pero la complejidad emocional y moral con que dibuja a sus personajes confirma su talento singular, el de una escritora de larga trayectoria, que a lo largo de cuarenta años se ha posicionado como una de las mejores escritoras contemporáneas, ganadora del Premio Pulitzer, del Nacional de la Crítica y de muchos otros más.Una escritora que, os encarezco, hay que leer.
Miguel Ibáñez. Librería en Alcañiz