Seguramente, infalibles lectores, el origen de la novela que esta semana os recomiendo haya que buscarlo cuando su autora: la catalana ROSA RIBAS (una de las voces más interesantes de la narrativa actual), hizo una visita en 2013 a Seseña, en Toledo, donde, si recordáis, tuvo lugar el escándalo de «El Pocero», un promotor que empezó a construir una mega-urbanización (14.000 viviendas) que incluía hasta un campo de golf, y desapareció dejándolo todo paralizado, sin terminar, sin alcantarillas, sin permisos…; sólo bloques y más bloques vacíos y a medio terminar.
Una de las primeras frases de la novela «LEJOS», editada por Tusquets, es casi lapidaria: «Esa noche, él no sabía que pisaba un cementerio, un cementerio clandestino, sin lápidas ni cruces, con solo dos muertos. Serían tres a su partida». En realidad, ese protagonista sin nombre pisa una urbanización que se prometía lujosa, pero que ahora es fantasmal e inquietante, en medio de la nada, y lejos de todo, eso sí, a medio construir, víctima de la burbuja inmobiliaria: como la de Seseña, como muchas que se construyeron en España hace una década. En esta, sin embargo, hay dos zonas limitadas: una deshabitada y otra en la que vive una pequeña comunidad esforzada en aparentar que viven una vida feliz y de lujo, a pesar del aislamiento que los cerca.
Entre ellos, vive una mujer recién separada que soporta su absurda hipoteca, volcada en el trabajo y en alejar un desánimo que no la deja descansar, a pesar de los somníferos que toma con Campari.
La otra zona, la deshabitada, está ocupada por personas que no se dejan ver: inmigrantes, vagabundos, yonquis, gentes sin techo…; también está Matías, un anciano que llegó huyendo de sus hijos y de la residencia donde querían internarlo. Y allí va a dar un hombre que quiere ocultarse, que huye de algo, que parece arrastrar un secreto, y con él un miedo y una angustia.
Poco a poco se impone en el ambiente una locura colectiva motivada por el miedo al desconocido, al otro, la xenofobia: la defensa animal del territorio. Y en esa atmósfera claustrofóbica y hostil, con un planteamiento de una originalidad desarmante y un escenario imposible de olvidar, ROSA RIBAS construye una novela verdaderamente inquietante, adictiva, repleta de sorpresas. Este el ambiente idóneo de la autora, perfecto para sus tramas, no en vano es una las mejores escritoras de novela negra que tenemos. Sin embargo -nos dice la autora-: «aunque hay mucha oscuridad y elementos negros, no sigue los parámetros del género ni cae en sus tópicos».
Es, creo yo, una poderosa narración de gentes y situaciones, incluso de crítica social. Una novela intensa, llena de intriga, pero que también nos regala una inesperada historia de amor.
Miguel Ibáñez. Librería en Alcañiz