En la madrugada del 2 de enero de 1921 el vapor «Santa Isabel» naufragó en la bocana de la ría de Arousa, frente a la isla de Sálvora. Mientras los hombres celebraban la llegada del año nuevo, las mujeres se enfrentaron solas al rescate de los naúfragos lanzándose al mar con sus pequeñas dornas. Fueron consideradas heroínas, pero también se escucharon rumores acerca de comportamientos no tan épicos, en los que convivían la codicia y el pillaje. Aquella noche Lucha acudió a la playa vestida de novia: arrastraba su larga cabellera, y dejó que la confusión la condujese frente a un naúfrago desnudo pero tocado con un sombrero de copa. ¿Quién era? ¿Un músico inglés o la encarnación del diablo? ¿Por qué Lucha acabó desnuda como él? Lo único seguro es que lo que sucedió aquel día marcará la vida de tres mujeres: la suya, la de su hija y la de su nieta.
He de reconocer, ávidos lectores, que una de las literaturas que con mayor fruición devoro es la gallega. Sobretodo, esa tan particular capaz de mezclar el realismo más crudo con el delirio surreal de un Fernandez Flores, o con el realismo mágico de un Cunqueiro o con el tremendismo esperpéntico de Valle-Inclán. Pues bien, esta mujer: CRISTINA SANCHEZ-ANDRADE posee todos esos dones, incrementándolos además con ese mundo propio e insólito, que es solo suyo, y que la caracteriza y que la convierte en una de las voces más poderosas que está dando la literatura española, en una de las personas que mejor escribe en la actualidad, sin duda. Lo que sorprende, es que esa creatividad absoluta que la desborda, esa destreza técnica verdaderamente excepcional, capaz de crear un juego hipnótico que no concluye hasta la última página; ese lirismo casi palpable y ese don que tiene de crear frases que huelen y saben a tierra, a mar, a Galicia…, y que aún así sea tan poco conocida y leída. Ha sido gracias al empeño de la editorial Anagrama, que ha publicado de ella novelas tan hermosas e impactantes como «Las Inviernas» o «Alguien bajo los párpados», o el libro de relatos «El niño que comía lana», como la hemos podido conocer. Pero esta su última obra: «LA NOSTALGIA DE LA MUJER ANFIBIO», es, en verdad, un prodigio de capacidad para fabular sobre la memoria, la culpa colectiva y las mentiras que nos contamos para poder sobrevivir.
La anciana Lucha, que está apunto de ser asesinada por su marido ante la mirada de su nieta, recuerda años después la emoción de ese primer amor por un hombre inglés, interrumpido por una sociedad que no dejaba que las mujeres se salieran del camino que les tenían reservado. A partir de ese único día, de ese único amor, se verá obligada a vivir con un secreto que la atormenta el resto de su vida, pero en el cual se sustenta también la ilusión por esta, y la esperanza de ser capaz de conseguir escapar de ese aburrimiento y vivir, quizás, una aventura.
Cuando cerramos el libro, se tiene la sensación de haber asistido a un homenaje al poder de la imaginación, a ese poder que tienen las palabras para ayudarnos a sobrellevar el día a día.
Magistral e inolvidable.
Miguel Ibáñez. Librería en Alcañiz