Hoy no voy a recomendaros ningún libro de literatura, sino uno de historia: pero como esa historia nos atañe de muy cerca a los aragoneses y, en especial a los alcañizanos, me atrevo a ello.
La situación es la siguiente: nos hallamos en el año 1809, en pleno fragor bélico de la Guerra de la Independencia que los españoles libraron contra los invasores franceses. Justo cuando Zaragoza cayó en manos de estos últimos. Este desastre produjo en la moral y resistencia de los españoles un efecto devastador, sumiendo a los aragoneses en un profundo abatimiento. Lo resume perfectamente el general francés Suchet: «el Reino de Aragón, todo entero, parecía haber sucumbido con su capital, lo más florido de sus tropas y de sus habitantes yacía sepultado en sus escombros y cenizas».
Tras la rendición, la junta que firmó el tratado, en ausencia de Palafox, gravemente enfermo, incluyó entre sus términos la entrega de todas las plazas fuertes del reino: Jaca, Monzón, Barbastro, Alcañiz, etc…. Sin embargo, ninguna de ellas se plegó a tal imposición y todas se negaron tajantemente a prestar fidelidad a la nueva dinastía bonapartista. Y comenzó la reconquista.
En realidad pocos podían suponer que tras la caída de Zaragoza el ejército español pudiera, no solo reponerse, sino encabezar una ofensiva en toda regla. Lástima que hubiera que sufrir la decisión de una Junta Central alejada de toda realidad militar que ofreció el mando al general más inepto que había en España: don Joaquín Blake, quizás el peor de los tácticos conocido. Este, tras su inopinada victoria en Alcañiz el 23 de mayo de 1809 (quizás debida al arrojo de los alcañizanos), no supo aprovecharla para acosar a un derrotado Suchet y expulsarlo de Zaragoza. Sin embargo, fueron tantas sus dudas que permitió recuperarse al francés y derrotarle en María el 15 de junio, y tres días depués en Belchite. Esta campaña que pudo y se debió ganar, acabó en un desastre tal que mientras en otras regiones siguió el avance español, en Levante pasarían años antes de lograr la recuperación.
El libro, pues, que os presento: «ALCAÑIZ, MARÍA Y BELCHITE 1809», perteneciente a la colección Guerreros y Batallas de la editorial Almena, escrito por el historiador FRANCISCO VELA, recoge maravillosamente este trocito de la historia de España; y lo hace acompañándolo por espectaculares láminas, completísimos órdenes de batalla y magníficos planos realizados por él mismo. Todo ello lo hace realmente ameno y muy interesante para conocer nuestro pasado y aprender de él.