El territorio celebra con gran emoción y hermandad la festividad de Santa Águeda
En el Matarraña nueve localidades celebraron actos conmemorativos en honor a Santa Águeda. Valderrobres, Beceite, Valjunquera, Monroyo, Arens de Lledó, Ráfales, Fórnoles, Peñarroya de Tastavins y La Fresneda fueron las localidades en las que las aguederas tomaron el control de sus respectivos municipios. En todos ellos no faltaron las típicas mamelletes o tetillas de Santa Águeda así como el espíritu de hermandad.
En la capital del Matarraña el centro neurálgico fue la recóndita plaza de Santa Águeda. Más de 200 mujeres ataviadas con el trajer regional recorrieron en procesión las calles del centro histórico de Valderrobres portando la imagen de la Santa que se encuentra en una pequeña capilla de la plaza a la que da nombre.
Sin embargo los actos arrancaron el sábado por la noche con la actuación del grupo de Comediantes Fem Riure o No. En esta ocasión los integrantes del grupo de comedia y teatro sorprendieron a los más de 400 asistentes con la obra Chirigol Mix. Tras unos primeros minutos en los que el grupo de Comediantes sorprendió con un registro de suspense a los allí presentes, llegaron las carcajadas al Pabellón Municipal de la Capital del Matarraña. La representación finalizó con un paródico desfile de modelos Fashion Week. Se trata de la novena ocasión en la que Fem Riure o No participa en la fiesta de Santa Águeda.
En Beceite decenas de personas participaron en la tradicional procesión de Santa Águeda. La noche del sábado la asociación Cultural Santa Águeda organizó un baile para todos los vecinos en el que hubo sorteo de regalos, disfraces y hubo reparto de calmante para todos. Los fresnedinos, además de la gran comida de hermandad, celebraron la noche del viernes una gran hoguera en la Plaza Mayor.

¡Vivan las mujeres de La Cañada de Verich!
Las mujeres de La Cañada de Verich fueron las protagonistas indiscutibles del fin de semana. La localidad bajoaragonesa celebró la festividad de Santa Águeda, que en el caso concreto de La Cañada cuenta con una historia centenaria ya que se remonta a más de 300 años de antigüedad. La celebración comenzó el sábado con el tradicional volteo de campanas, que no dejaron de sonar durante media hora para anunciar a toda la población que llegaba el momento de las cañadinas.
Por la tarde llegó el turno del encendido de la hoguera, uno de los momentos más destacados del fin de semana que reunió a todos los vecinos en torno al fuego purificador en honor a Santa Águeda. Después hubo una cena popular para reponer fuerzas y la sesión de baile a cargo del trío Davanna, que hizo disfrutar a cañadinos y cañadinas hasta que el cuerpo aguantó.
El domingo amaneció tarde para muchos, fruto de los excesos de la noche anterior, pero no importó para celebrar el día grande de Santa Águeda. Las «aguedicas», nombre que reciben las aguederas en el pueblo, habían quedado a las 12.45 para proceder al traslado de las teticas hasta la iglesia… Aunque como suele suceder en estos casos apenas una pequeña parte del grupo llegó puntual. Los últimos retoques en el traje regional, zapatos, maquillaje y peinado hicieron que muchas se retrasaran, pero no importó dado que era un día de fiesta.

Una de las aguedicas de La Cañada | Adrián Monserrate
Una vez hubieron llegado todas dio comienzo el momento culminante de la celebración. Las mujeres de La Cañada fueron el centro de atención y todo en el pueblo giró en torno a ellas por unas horas. Sabiéndose observadas, todas cuidaron el más mínimo detalle y disfrutaron del momento de la mejor manera: sonriendo. Primero realizaron el traslado de teticas hasta la plaza de la iglesia. Aunque el recorrido estuvo desierto, los hombres esperaron en la plaza. Las aguedicas, en dos filas de siete u ocho integrantes cada una, dieron una pequeña vuelta y fueron las primeras en entrar al templo religioso por delante del resto de vecinos de La Cañada.
La misa sirvió para honrar a la mártir y bendecir las «teticas», sin duda el dulce más apetecible en estas fechas. Después llegó la procesión, en la que además de la peana de Santa Águeda salieron dos estandartes con tiras multicolor, una iniciativa que se ha intentado incluir en los últimos años. Tras recorrer las calles de todo el pueblo el acto llegó al final con un bonito baile en la plaza. El punto y final de las fiestas lo puso la comida de aguedicas, en la que este año el menú fueron langostinos, ensalada y caldereta.
Cabe destacar que durante todas las fiestas la charanga Virgen de la Peña de Berge se encargó de poner la música y animar a los cañadinos. Además, las «aguedicas» entregaron una placa conmemorativa al Ayuntamiento por el apoyo para organizar la celebración de Santa Águeda.