Los goles de Jairo y Maikel dan una victoria que afianza a los alcañizanos en la zona noble de la clasificación
El Alcañiz sufrió más de la cuenta para sacar los tres puntos en la Ciudad Deportiva Santa María. Los de Portolés fueron muy superiores a un limitadísimo Cella en la primera mitad, pero llegaron al descanso con un 1-0 corto a tenor de lo visto sobre el verde. El paso por vestuarios no sentó bien a los locales, que sestearon creyéndose superiores y casi lo acaban pagando.
Los que alargaron la comida con la familia hicieron bien, ya que los primeros minutos fueron bastante descafeinados y las ocasiones brillaron por su ausencia. El Cella estuvo sólido en defensa y no permitió acercarse a un Alcañiz que movía y movía el balón pero sin profundidad. Poco a poco la defensa turolense se fue resquebrajando y comenzó a conceder saques de esquina.
Precisamente en un córner en el 24» llegó el primero del Alcañiz, obra de Jairo que se fundió en un abrazo con Portolés en la celebración. El gol no estuvo exento de polémica, ya que Ventura incomodó a Pablo Catalán (portero del Cella) en área pequeña impidiéndole blocar un balón aparentemente sencillo. El rechace le cayó al 9 alcañizano, que cabeceó para poner el 1-0 e incluso miró de reojo al colegiado para asegurarse de que la jugada era válida antes de celebrarlo. En los campos de Preferente el único VAR que hay se escribe con B así que el gol subió al marcador, aunque si el árbitro hubiese pitado falta al portero no habría pasado nada.
Jairo cabecea para poner el 1-0 | Adrián Monserrate
Los mejores minutos del Alcañiz y bajón tras el descanso
El gol envalentonó a los locales, que dispusieron de las mejores ocasiones del partido hasta el descanso. Pelli recibió un buen balón lateral al espacio, pero Catalán despejó su chut y Jano mandó el rechace fuera a puerta vacía cuando la grada ya cantaba el gol. En la jugada siguiente más de lo mismo, esta vez con Martín como protagonista, que tiró algo cerrado desde banda derecha y volvió a estrellarse con el portero visitante.
Tras el paso por vestuarios el Alcañiz siguió en la tónica de la primera parte: dominando pero desacertado de cara a puerta. En el 54 Maikel y Jano, completamente solos dentro del área, se estorbaron entre sí y no atinaron a controlar un centro que era medio gol. A partir de ahí el conjunto local sufrió una transformación y todo lo bueno se evaporó. Tan superiores se vieron los de Portolés que empezaron a sestear y a relajarse.
El Cella, que quiso morir matando, empezó a crear ocasiones y obtuvo su premio; penalti clarísimo de Rubén que Ángel Hernández transformó. Como quien no quiere la cosa, del 3-0 que podría haber sido se pasó al 1-1. Fútbol. El Alcañiz seguía mandando con la pelota pero el Cella recuperó su mejor versión defensiva y se mostró compacto hasta el minuto 75.
Maikel y Jano se estorbaron en una de las mejores ocasiones del partido | Adrián Monserrate
Arreón final y tres puntos asegurados
Fue entonces cuando Cases salió del banquillo para revolucionar el partido, y vaya si lo hizo. Contagió su energía a sus compañeros, que se pusieron las pinturas de guerra y fueron todos a una. Apenas unos minutos después de saltar al césped el propio Cases realizó un centro-chut (más chut que centro, todo sea dicho) que acabó en las botas de Maikel. A puerta vacía, el delantero alcañizano la empujó para poner el 2-1 y despertar a una afición que se había mimetizado con la pasividad de su equipo.
Tocó sufrir y el Cella pudo empatar en el 88, pero finalmente los tres puntos se quedaron en la Ciudad Deportiva Santa María. El Alcañiz se coloca quinto con 29 puntos y el próximo domingo recibe al Morés, colista de la categoría.