La albalatina finalizó duodécima en la carrera disputada en Praga este domingo
La albalatina Alicia Pérez se desplazó este fin de semana hasta el centro de Europa para participar en la Maratón de Praga. La corredora acudía hasta la República Checa con el objetivo de parar el crono por debajo de las 2 horas y 49 minutos en una de las mejores carreras del calendario europeo. Al final no hubo suerte. La alta humedad hizo mella en la atleta, que se quedó a dos minutos de igualar su mejor marca en la maratón. Pese a todo, logró finalizar la prueba en una meritoria duodécima posición, siendo la tercera atleta europea y primera española.
La flamante campeona de la Maratón de Zaragoza de este 2017 viajaba hasta Praga para disfrutar con una carrera que discurría por una de las ciudades más visitadas del Viejo Continente. Una prueba que cuenta con mucho prestigio, así lo acredita la etiqueta de oro de la IAAF, que acabó con la victoria de la keniata Valary Jemeli Aiyabei con un tiempo de 2:21.57, nuevo récord de la Maratón de Praga. «La verdad es que la carrera ha sido un lujo. La organización era muy buena, había un gran ambiente y la ciudad es preciosa», dijo Alicia Pérez después de la prueba.
Las sensaciones de la albalatina fueron buenas durante la primera parte de la carrera, pero conforme se acercaba el punto crítico de la maratón, rondando en kilómetro 35, los problemas fueron apareciendo. «Me quedé sola en el 28 y eso fue lo peor. Intenté motivarme con el ritmo que me iba marcando el reloj, pero en el kilómetro 36 me vine abajo. Hacía mucho calor, se me habían acabado los geles y el hecho de no respirar aire fresco me provocó un poco de dolor de cabeza y pequeños mareos».
Precisamente Alicia hablaba de este último tramo de la prueba como uno de los momentos clave de toda maratón antes de viajar hasta Praga. «Son kilómetros que se te hacen eternos, es momento de tirar de cabeza y ya no tanto de piernas». Durante la carrera le pasó exactamente esto, las piernas comenzaron a flojear y fue momento de hacer fuerza psicológica. «He tenido que sufrir un poco, pero pensaba en toda la gente que me seguía desde España y no podía rendirme». La albalatina no tiró la toalla y siguió sufriendo para cruzar la línea de meta en la posición número 12, «una clasificación muy buena».
Un futuro muy prometedor
La proyección de la atleta albalatina en la maratón es muy prometedora. Alicia Pérez apenas lleva dos años compitiendo en este tipo de prueba y los resultados conseguidos le auguran un buen futuro. La Maratón de Zaragoza del año 2015 supuso su debut en una prueba de esta distancia y acabó en una sorprendente segunda posición. «Me apetecía probar esta carrera y la verdad es que salió muy bien, hice un tiempo que no me esperaba».
La maratón de la capital aragonesa se ha convertido en la prueba fetiche de la albalatina, donde ha conseguido la victoria los dos últimos años. Precisamente el triunfo de este 2017 fue bastante inesperado. Lo que en un principio se planteó como un mero entrenamiento, acabó en una brillante victoria. «Me tomé la carrera como un entrenamiento y la idea era parar en el kilómetro 35». Alicia se vio en la primera posición sin la presión de tener a la segunda clasificada cerca y «no iba a ser tonta, bajé el ritmo y decidí terminar, porque en esta vida todos somos ambiciosos».
A sus 27 años, Alicia Pérez ha encontrado en la maratón una de las pruebas en las que mejor se desenvuelve. «Lo que más me aporta esta disciplina es la satisfacción de llegar a la meta, de conseguir lo que te propones».
Como corredora se califica como una atleta «diésel» y por eso se le dan mejor «las carreras largas». Entre su palmarés destacan las victorias en la Maratón de Zaragoza y su duodécima posición en el Campeonato de España de Maratón en el 2016, una competición a la que no pudo acudir este año por culpa de una lesión. Pero el nacional es un nuevo reto para la albalatina, una fecha clave para la próxima temporada. «El nivel de España es muy alto, pero viendo los tiempos en los estoy ahora, espero poder hacer algo interesante el año que viene».