La Biblioteca Municipal Sant Pau-Francesc Almela i Vives de València inaugurará el próximo 20 de mayo la exposición Una mirada introspectiva de la artista de Berge Estela Ferrer, alumna de la Universitat Politècnica de València. Se podrá ver una serie de creaciones artísticas en las que utiliza la abstracción como un vehículo para divagar en nuestro interior. Cuestiones como el funcionamiento de la mente, la memoria, los recuerdos y las emociones son los temas que le han conducido a la joven bergelina a la reflexión a través de la pintura.
En la exposición se podrá ver un conjunto de obras que se caracterizan por la experimentación con
los materiales, el color y la translucidez. Un proyecto que tiene su origen durante el periodo
del confinamiento domiciliario entre los meses de marzo y junio de 2020, una situación que realmente impactó a la sociedad, llena de emociones intensas, y que en consecuencia muchos artistas la han estado canalizando a través del arte. La obligación de tener que emplear materiales a los que no hubieran recurrido en una situación normal resultó ser una apertura a esta experimentación para la artista. De ello resultaron nuevas expresiones que van de la mano a un continuo aprendizaje y evolución en su proyecto artístico.
La muestra estará abierta hasta el 7 de junio en lla Biblioteca Municipal Sant Pau-Francesc Almela i Vives (Campanar), situada en la calle Miquel Navarro escultor, 3-bajo (junto Av. Mestre Rodrigo, 37) de lunes a viernes de 8.45 a 14.45 y de 16.15 a 19.45.
Gran parte de los mecanismos que emplean nuestra mente son todavía un misterio muy difícil de explicar y comprender. Su pretensión es reflejar en su obra esas interconexiones que unas veces hacen que razonemos y otras que nos emocionemos. Esa brecha entre razonamiento y sentimientos, la separación entre cerebro y corazón, no es tan amplia como muchas veces pensamos, sino que una parte influye a la otra recíprocamente. Los recuerdos tienen un gran peso a nivel conceptual, son concebidos como experiencias pasadas que nos caracterizan como personas, fragmentos que se quedan almacenados en el archivo, pero siempre están ahí, y, en su consecuencia, conducen nuestras acciones futuras.
Un trabajo lleno de movimiento, color y composición con el que Estela Ferrer busca crear un ambiente inmersivo en el que el espectador se adentre recorriendo las piezas a la vez que se evade en su propia mente y experiencia.