La hoguera de San Sebastián ardió y se bailó el Rodat en una noche con nieve a pocos kilómetros de Castelserás.
A las diez de la noche todo eran nervios en la plaza. Corrillos y murmullos en torno a la leña tranquila. Solo hubo que esperar diez minutos para escuchar, cada vez más cerca, las gaitas y los tambores. La mirada estuvo puesta en un cielo muy quieto pero del que comenzó a caer un suave aguanieve.
La Cercavilla con autoridades y reinas de fiestas ya estaba en la plaza, así que, los nervios por encontrar la mejor posición para no perder detalle se intensificaron. «Ahora mismo me tiemblan las piernas«, dijo Delia Ínsa antes de bailar El Rodat.
Todo estalló a las diez y media cuando los caramballeros acercaron la llama a la hoguera. «Va a salir de lujo porque la noche que hace es espectacular», valoró el caramballero, Juan Carlos Anglés. La Monumental hizo honor a su nombre y se hizo una enorme bola de fuego enchufada hacia el cielo que obligó a todos a dar un paso atrás (o varios). Al rato, volvió la música y se bailó el Rodat. Tradición cumplida.
El cierre de una intensa jornada
El prendido de la hoguera fue el colofón a una jornada cargada de actividad. El desfile de carrozas partió desde la plaza de España a las cuatro de la tarde tras el cohete anunciador.
Al frente, la carroza con las reinas de las fiestas, tras ellas, y al ritmo que marcaba la charanga, un nutrido grupo de niños y niñas disfrazados, un gran dragón chino y otras tres carrozas con temática muy variadas.
Desfilaron desde una gran familia de ratoncitos hasta un grupo de submarinistas pasando por otra de abejas y unos vikingos.
Los actos se alargarán hasta el domingo.
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