El fondista allocino finalizó 35º la maratón de Nueva York, en la que hubo más de 50.000 participantes
Agustín Moreno nació en Alloza, aunque a los 16 años se mudó a Zaragoza. Comenzó a correr para preparar unas oposiciones y, quién se lo iba a decir, en noviembre finalizó 35º de entre 50.000 participantes en la maratón de Nueva York. A sus 33 años trabaja en una tienda de tecnología e iluminación, y compagina su vida laboral con su pasión por el running.
¿Qué es lo más destacable de la maratón de Nueva York?
Sin duda, el ambiente que se vive allí los días de antes, el día de la carrera y los de después. Los 42 kilómetros son como el final de la Behobia – San Sebastián en cuanto a animación.
¿Cómo fue la carrera?
Nada más salir hacía muchísimo aire y mucho frío. Las piernas no querían entrar en calor y al final lo mejor es disfrutar, porque es una experiencia y un viaje. En Barcelona lo pasé mal porque tuve calambres y aquí vi que no era momento de sufrir. Lo estaba pasando tan bien y estaba disfrutando tanto que prefería seguir así.
¿Qué es lo peor de la experiencia?
El rato que estás esperando para la salida. A las 5.30 de la mañana coges los autobuses, o sea que antes de las 5 ya estábamos saliendo a por el metro. Luego tienes que esperar hasta la salida, que es a las 9.45. Nosotros estuvimos sentados en un periódico y aguantando…
¿Cómo se compagina el horario de trabajo con los entrenamientos?
Acabo de trabajar a las 14.00, me cambio y a las 14.05 si puedo ya estoy corriendo. Entro a las 16.00, y hay días que llego a las 15.55, como un táper rápido y vuelvo a trabajar. Un día tranquilo tengo media horita, llego a las 15.30 y me da tiempo a comer de táper tranquilamente. Después de trabajar, a las 20.30, tengo la escuela de running y grupos de entrenamiento, así que también troto con ellos.
¿Cuál es la rutina de entrenamiento?
Lunes, miércoles y viernes son rodajes de 14-15 kilómetros a ritmo tranquilo, a nuestro aire. Martes, jueves y sábado sí que son días de calidad, con series, fartleck… Ritmo de competición. Los domingos hacemos normalmente la tirada larga. Por ejemplo, preparando una maratón, los 30-32 kilómetros suelen caer el domingo después de toda la semana de carga, para acostumbrar un poco al cuerpo a la fatiga de la maratón.
Empezaste a correr a los 19-20 años. ¿Cuál fue el motivo?
Empecé para preparar oposiciones de bombero. Iba con un chico que «marchaba» (practicaba marcha), Diego Gálvez, y a veces no podía ni seguirlo. Después empiezas a hacer rodajes más largos y te vas motivando con alguna carrera poco a poco. Cuando llegas a la 10K y una vez la manejas ya empiezas con la media maratón y, al cabo del tiempo, das el salto al maratón. En mi caso, a nivel competitivo me ha costado unos 10 años de entrenamiento.
Intentas correr las carreras de la zona. ¿Qué las diferencia del resto?
Que crean un ambiente diferente en la zona. Antes la gente no hacía prácticamente nada de deporte, y desde su llegada han hecho que la gente del pueblo lleve una vida más activa y más saludable. Ir a estas carreras es una forma de apoyarlas. Yo, si puedo, prefiero correr una carrera así que no una carrera negocio. Me gusta hacer este tipo de pruebas porque los organizadores se han involucrado en crear un hábito a la gente de los pueblos. Antes salías, te ibas al bar, te echabas una cerveza y te ibas a casa. Ahora incentivas a la gente a que tenga otro estilo de vida.
¿Qué objetivos tienes para 2018?
Rebajar marcas en media y en maratón. El primer gran objetivo que tengo en mente es la media de Barcelona. Llevo ya tres maratones y este año toca ir a por el cuarto, que será el de Valencia.