Ahora, tenebrosos lectores, que ya se nos echa encima una de las festividades más importantes de nuestro calendario: Todos los Santos; día -y noche- que siempre ha sido propicio a hablar o soñar con espectros y fantasmas, me gustaría celebrarlo con todos vosotros como, en verdad, se merece: leyendo por la noche, con una luz ajustada, alguno de los relatos de un escritor un poco especial
«Primero de todo, me las tuve que apañar para nacer… la peor parte del trabajo recayó en mí, mientras que mi madre digamos que no estaba por la labor».
Así empieza, asombrados lectores, la que está llamada a ser una de las mejores novelas publicadas este año que, de momento, ha conseguido ya el prestigioso Premio Pulitzer. Una novela poderosa y monumental con la que su autora: la escritora norteamericana BARBARA KINGSOLVER (1955) -que ya nos ha dejado joyas como «La Biblia envenenada»-, ha querido narrar la dejadez en la que se encuentra la región montañosa de los Apalaches, particularmente explotada por la epidemia de los opiáceos: «contar la historia de este lugar donde vivo y lo que se ha hecho en él». Para ello, y asumiendo todo el riesgo que conlleva, decidió exportar a nuestro mundo toda la ira y compasión que el gran Dickens plasmó en su «David Copperfield»: «No creo, dijo la autora, que al gran novelista, que relató los extremos de la pobreza y la riqueza en la Gran Bretaña victoriana, le importara que tomara prestada su trama». El resultado es un ejercicios literario de gran magnitud, ejecutado de manera sencilla y trepidante.
Esta es pues la historia de «DEMON COPPERHEAD», que así lleva por título la novela, un chico nacido de una madre soltera adolescente en una caravana, sin más patrimonio que su buena apariencia y el cabello rojizo de su difunto padre, con un ingenio cáustico y un talento feroz para la supervivencia. Demon narra en una primera persona salvaje, imperfecta y tierna a la vez cómo se enfrenta a los peligros modernos de los hogares de acogida, el trabajo infantil, las escuelas en ruinas, la adicción a casi todo, los amores desastrosos y las pérdidas demoledoras.
Detrás de las peripecias de Demon Copperhead, reverbera el inolvidable David Copperfield, los dos supervivientes de la pobreza institucional y del daño que esta causaba a los jóvenes de su sociedad. Pero, al igual que la obra de Dickens, la obra de KINGSOLVER, a la vez que te rompe el corazón, te hace reir y disfrutar a partes iguales.
Un novela, en verdad, memorable, que enamora al lector que se acerque a ella, y que nos enseña el poder transformador de la literatura, quizás la única arma que nos queda para cambiar el mundo.
Miguel Ibáñez. Librería de Alcañiz