Gracias a una nueva traducción de Victoria León, la editorial Sexto Piso nos trae a la actualidad una novela que, seguramente, ha pasado por el tiempo desapercibida para una gran mayoría de lectores actuales, pero que en su día fue un gran acontecimiento siendo considerada como una de las novelas más redondas y perfectas del pasado siglo XX. Me refiero a «EL BUEN SOLDADO», del británico FORD MADOX FORD. Este buen narrador y poeta con más de setenta y cinco volúmenes salidos de su pluma, estuvo siempre bajo la sombra de los grandes escritores de su tiempo: D.H. Lawrence, Thomas Hardy, Henry James, H.G. Wells o Joseph Conrad (amigo íntimo con quien escribió a cuatro manos tres novelas), aún siendo él el que publicó los primeros escritos de todos ellos en su famosa revista «The English Review».
«EL BUEN SOLDADO» es una obra donde se aplican de manera revolucionaria y magistral la narración en primera persona y los «flashbacks» cronológicamente desordenados. En su trama, ambientada antes de desencadenarse la 1ª Guerra Mundial y en la que se abordan el declive y la disolución de dos matrimonios amigos aparentemente perfectos -los Dowell y los Ashburnham-, tienen cabida muchas cosas y todas ellas convulsas y excesivas: ruina, mentiras, amor adúltero, escándalo, suicidio y locura. No en vano, el título original de la novela iba a ser «La historia más triste», título nada gratuito, pues lo que se nos presenta no son sino las cenizas, aún calientes, que han quedado después del incendio que ha arrasado con todo: una devastación de la vida en mitad de los fastos y del lujo.
En el mundo de la teoría literaria, a la figura del narrador de esta novela se le conoce como «narrador no fiable». O sea, alguien que por su manera de contar, de seleccionar los acontecimientos caprichosamente, crea la sospecha, o a menos la incomodidad, en el lector. Una sospecha que la narración no aclara todo lo que debiera aunque el contenido de la misma sí queda expuesto de una manera comprensible. Los hechos reveladores van apareciendo a conveniencia del narrador, que oculta o desvela según le parece, con saltos atrás y adelante, lo que crea ese soberbio y terrible clima de tragedia humana que atraviesa la historia. Es, sin duda alguna, una obra maestra que merece ser leída y disfrutada con todos los honores, un texto que ha ejercido una notable influencia en gran cantidad de escritores posteriores.
No se puede dejar pasar más tiempo sin haber leído una novela como esta, cuyo equilibrio y perfección sigue causando asombro cien años después de haber sido escrita. Me lo agradeceréis.