El informe permitirá, según el Ministerio, agilizar la construcción de las balsas laterales pendientes
Tímido avance en el desbloqueo de la construcción de las balsas laterales del río Matarraña pendientes de ejecución. El Estado elaborará un plan Integral de Gestión hídrica del Río Matarraña con el objetivo de conocer los usos y necesidades de la cuenca con el objetivo de poder agilizar los distintos trámites necesarios para la construcción de las balsas laterales pendientes de ejecución así como de otras obras necesarias. Todo ello después de un bloqueo de prácticamente 7 años.
Así se puso de manifiesto en el encuentro mantenido ayer en Madrid entre el nuevo Director General de Aguas del Ministerio para la Transición Ecológica, Manuel Menéndez, quien se reunió con el Presidente de la Comarca del Matarraña, Rafael Martí, el Presidente de la Junta Central de Regantes, Jose María Puyol, La Presidenta de la Confederación Hidrográfica del Ebro, Maria Dolores Pascual, los alcaldes de Monroyo y Caseres (Tarragona) y el diputado Ignacio Urquizu, precursor de este encuentro.
La reunión tuvo como objetivo dar a conocer a la nueva Dirección General el proyecto de regulación del río Matarraña que incluye la construcción de 5 balsas pendientes de construcción en varios barrancos laterales de los ríos Matarraña, Tastavins y Algars. Se trata de balsas de Val de Beltrán, que con 4 hectómetros de capacidad estaría situada en Mazaleón y de la Val Figuera, de 3 hectómetros y que estará ubicada en Torre del Compte. Ambas requerirían una inversión de 14 y de 27 millones de euros respectivamente y cuentan con los informes de impacto ambiental aprobados desde agosto de 2012.
Sin embargo continúan sin tener aprobado dicho informe la balsa Comellares en Peñarroya de Tastavins, presupuestado en 9,3 millones de euros y que con sus 2,7 hectómetros cúbicos regularía el irregular caudal del río Tastavins, permitiendo la recuperación de las huertas ribereñas y asegurando una reserva estratégica. Además quedaría pendiente otra balsa en el río Algars y una pequeña balsa de 0,35 hectómetros en el arroyo de Monroyo. Todas estas obras se recogen en el Dictamen de La Fresneda de 2006, que contó con el consenso de todos los municipios, agentes sociales y grupos políticos. «Contar con este Plan de Gestión nos permitiría agilizar sustancialmente los trámites de ejecución de estas balsas tras muchos años de bloqueo», explicó el diputado Urquizu. Está previsto que el estudio esté finalizado a mediados del año que viene para ser entonces remitido a la Confederación Hidrográfica del Ebro.
El acceso a fondos europeos para 2020 fue otra de las vías de financiación a las que el Director General se comprometió a optar para lograr acometer las balsas. Desde la Dirección General se emplazó a los representantes del Matarraña a un nuevo encuentro antes de final de año «El encuentro ha servido para que el nuevo Gobierno conociese este proyecto que cuenta con el consenso de todos y que llevaba prácticamente 7 años paralizado», explicó Rafael Martí, Presidente de la Comarca del Matarraña.
Modelo sostenible y consensuado
Además del Embalse de Pena construido en 1929 en los municipios de Beceite y Valderrobres, la cuenca cuenta con las balsas de La Trapa y Valcomuna que, tras su puesta en marcha en 2003, constituyeron una auténtica revolución en la cuenca que pasó a ser ejemplo de gestión de agua después de varios años presentando problemas de escasez de agua así como de enfrentamientos entre distintos usuarios del río.
La construcción de las 5 balsas permitiría contar con una reserva estratégica para regadíos, especialmente cultivos leñosos y para asegurar el agua de boca en épocas de sequía.