Somos el olvido que seremos”: Este maravilloso verso del maestro Borges es el que sirve de título a una novela inolvidable. Una de las obras fundamentales de la literatura contemporánea en español y que, de seguro, cuando pase su purga el tiempo, será una de las que cimentarán el templo de nuestra cultura. Se publicó en el año 2007, y la editorial Alfaguara ha decidido comemorar este décimo aniversario con una reedición que nos permite constatar que no ha perdido ni un ápice de su autenticidad y hermosura.
Su autor, el colombiano (Medellín, 1958) HECTOR ABAD FACIOLINCE, se limita a narrarnos la vida y muerte de su padre: Héctor Abad Gómez, médico y activista en pro de los derechos humanos, que fue asesinado por las guerrillas el 25 de Agosto de 1987 en Medellín. Pero, ¿qué tiene el argumento de este libro, de esta biografía, para que se haya convertido no sólo en éxito de librería, sino en un texto referenciado por escritores consagrados: como Vargas Llosa, que dijo que fue: “la más apasionante experiencia de lector de mis últimos años”? La respuesta es, sencillamente, que estamos ante un relato desgarrador y emocionante sobre la familia, que refleja, al tiempo, el infierno de la violencia paramilitar que ha golpeado Colombia en estos últimos años. Es también un relato deslumbrante sobre la vida de un hombre que sembró en su hijo un amor reverencial. Pero, sobretodo, es un relato hermoso, exageradamente hermoso, escrito con el dolor lacerando el alma, dejando fluir en las palabras un sentimiento que invade cada página: un sentimiento de dolor y frustración, pero también de ideales y de ternura.
El crimen de Héctor Abad conmovió a la sociedad colombiana. Era un médico formado en lecturas exquisitas, amante de la música clásica, que pensaba como hombre de izquierda. Fue quien hizo posible que en Medellín se tratara el agua de boca -después de observar la mortandad en los niños por fiebres tifoideas-; y el que promovió la construcción de acueductos para que ese agua llegase a sitios marginados. Y de esa conmoción es de la que se vale su hijo para contarnos, con una prosa depurada, manejada con auténtico encanto -donde los detalles más simples estan narrados con una fluidez exquisita- la historia de este hombre y su familia. Parece un argumento manido, pero en el caso de HECTOR ABAD es diferente: solamente él ha sido capaz, con ese argumento, escribir “un libro tremendo, dice Javier Cercas, de un coraje y una honestidad arrasadores. Por momentos me he preguntado cómo ha tenido la valentía de escribirlo”.
Un clásico ya de nuestras letras actuales que no podemos dejar de leerlo.ial Reino de Cordelia; el placer de soñar por el placer de soñar.