El informático residente en Mérida Albino García Abellán llenó de recuerdos el inicio de la Semana Santa
El «Albinico» el de la familia de los «Abellanes» o el «extremaño» en alusión a que reside desde hace muchos años en Mérida. Distintas formas de llamar a Albino García Abellán, que el sábado sumó otra, la de pregonero de la Semana Santa de Andorra 2017. Su lectura fue una oda a su familia, ligada a la cofradía de Nuestro Señor Atado a la Columna.
Albino viajó hasta su infancia en un viaje lleno de recuerdos dedicados a sus padres, Albino y Manuela, ya fallecidos. «Antes de aprender a andar ya había procesionado junto a nuestro paso en brazos de mi padre, eso me ha marcado», contó. Recordó anécdotas o momentos cotidianos de la Semana Santa como cuando guardaban las túnicas en el hueco de las escaleras o las mañanas tensando los bombos en el corral. Albino empezó su pregón reconociendo la «ilusión» y el «agradecimiento» por el reconocimiento al tiempo que reconocía que estaba «espantosamente acojonado por el miedo escénico». Albino, reside en Mérida, es un gran embajador de la Villa Minera. Allí, los carteles de la Semana Santa de Andorra y de la Ruta decoran cada año su oficina en el Hospital, donde trabaja como informático.
El pregón, que llenó la Iglesia de Andorra, estuvo amenizado por la banda de música de Andorra, que celebra en 2017 su centenario. La presentación corrió a cargo este año de la cofradía de la Oración en el Huerto (Angelico), que leyó unos poemas escritos por José Ángel Aznar a medida que las hermandades entraban en el templo.
En su discurso, el presidente de la Junta Local, Pedro Martín, agradeció el «duro trabajo» de todos los implicados en la Semana Santa andorrana al tiempo que reclamó que también exista unión para «luchar la por la industria local y el mantenimiento de los puestos de trabajo» en clara referencia a la crítica situación de la minería. Previamente al pregón, tuvo lugar el desfile de los estandartes de las cofradías. Salieron de la plaza del Regallo acompañados por los soldados romanos y autoridades.
El domingo continuaron los actos con la procesión de la Entrada de Jesús en Jerusalén, el Vía Crucis al Calvario con el Cristo de los Tambores y la Exaltación local.