Las fiestas en honor a Santa Ana finalizaron el lunes con una actividad deportiva
Las fiestas de La Cañada de Verich en honor a Santa Ana finalizaron el lunes tras cinco días de actos para todas las edades. La fiesta de la espuma era una de las actividades de la programación más aclamada por todos, y sin duda, no defraudó.
El sábado por la tarde, desde pequeños a mayores se acercaron a la Plaza de la Cañada en bañador y ropa veraniega para divertirse con la espuma que se proyectó desde un cañón y que inundó de blanco todo el suelo en breves instantes. Pero como el calor apretaba, la espuma enseguida se vio acompañada por agua, y fueron muchos los que se hicieron con un cubo para remojar a todo aquél que pasaba por allí. El lavadero justo debajo de la plaza y la pila de la fuente se convirtieron en dos sitios estratégicos para aprovisionarse de esta especial munición. Mientras el agua corría por el suelo y por el aire, la charanga de Berge se encargó de amenizar con su música la tarde de fiesta.
Una vez que bajó el calor, hubo una sesión de baile poco antes de la cena y por la noche la música siguió con la orquesta y con una discomóvil para los que tuvieron más aguante.
El domingo, la música y los disfraces fueron los protagonistas. Los pequeños sacaron sus disfraces más divertidos por la tarde y los adultos tuvieron su propio concurso por la noche, mientras disfrutaron de la última sesión de baile de los días grandes del municipio.
Para terminar las fiestas, el lunes por la tarde tuvo lugar una actividad deportiva en la que todos los pequeños se activaron y divirtieron con toboganes, ruedas y camas elásticas.
Un ejercicio en el que gastaron los últimos cartuchos de unas fiestas que han sacado a la calle a toda la población de la Cañada.