Actualmente, avezados lectores, los libreros tenemos que agradecer que se pueblen nuestros anaqueles de buena literatura y de buen ensayo, al tesón y al buen hacer de pequeñas editoriales que nos dan a conocer a autores que, sin ellas, nos pasarían desapercibidos y, por tanto, también vosotros os veríais privados del placer de sus textos. Una de estas es la editorial vasca Consonni -certera en la elección de sus libros y delicada en la forma de publicarlos-; no hace mucho estuvieron en esta librería las editoras y me regalaron su última publicación: «ESPACIO VITAL» del norteamericano JAMES ALAN McPHERSON (1943-2016). Después de su lectura y de la gran impresión que ésta me ha dejado, no puedo menos que compartirla con vosotros y recomendárosla con fervor.
El tal McPHERSON pasará a la historia de la literatura, además de por la gran calidad de sus soberbios relatos, por ser el primer escritor afroamericano en recibir el premio Pulitzer, allá por el año 1978.
Los doce relatos que están recogidos en este volumen apelan a un mundo extrañamente familiar de desigualdades e injusticias, de violencia e incomprensiones, pero también de lucha y reivindicación. Sin embargo, nos dice Maielis González, la prologuista del libro, no hay en ellos una intención moralizante, ni siquiera una búsqueda de erigir a sus personajes afroamericanos como entes intachables. En los relatos de «ESPACIO VITAL» la gente es falible, comete errores, es pusilánime, a veces incluso cruel y despreciable. McPHERSON, en todos ellos, indaga con un característico tono desenfadado que rebosa humor, en sus vidas atravesadas por los prejuicios y las barreras raciales. Su destreza narrativa le hace controlar el lenguaje con perfección y, con un astuto realismo, convertir los conflictos entre individuos y la cultura que los rodea en tragicomedias ingeniosas y… muy serias.
El título de este libro es, en verdad, el epítome de lo que su autor significó para la literatura de su tiempo -que es también el nuestro-. Ya que ser un escritor negro en los Estados Unidos marcó tanto su escritura como la percepción que de él tuvo el mundillo literario que le tocó vivir, en el que, a golpe de codazos, supo abrirse un «ESPACIO VITAL» donde permitirse ser auténtico.
Este mago de las palabras, «inteligente y conmovedor», como lo definió nuestro Enrique Vila-Matas, está inscrito, sin duda, en la mejor tradición humanista de las letras estadounidenses. ¿Por qué McPHERSON no había sido traducido nunca entre nosotros?, se pregunta: «perplejidad absoluta».
Gracias, pues, como he dicho a la editorial Consonni por traernos a este escritor deslumbrante que tanto os va a cautivar. Es una oportunidad que no hay que perderse.
Miguel Ibáñez. Librería en Alcañiz