Antonio Mesa (Baena, 1941), presidente del Consorcio Nacional de los Pueblos del Tambor y el Bombo de España.
Antonio Mesa accedió al cargo de presidente en 1991 y aborda los tres últimos años de su mandato. Ha visto y vivido en primera persona y desde dentro el nacimiento y crecimiento del Consorcio Nacional. La familia tiene 22 miembros de Andalucía, Castilla – La Mancha, Comunidad Valenciana, Murcia y Aragón. Los pueblos que forman 'Las tamboradas. Rituales de toques de tambor', la candidatura de España para que la UNESCO las declare Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.
Mesa es profeta en su tierra donde ha recibido numerosos homenajes. Cabe destacar que, durante 36 años, fue Hermano Mayor de la Real Archicofradía de la Virgen del Rosario y Santo Cristo Resucitado de Baena.
Unos días antes de las Jornadas de Alcañiz el Ministerio de Cultura confirmó que presentará las Tamboradas como única candidatura de España a ante la UNESCO para ser declaradas Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad. ¿Se le había pasado por la cabeza llegar hasta aquí?
No solo eso, sino que llevamos trabajando duro desde 2011, año en el que comenzó el expediente. Fuimos a la vez que los Patios de Córdoba y en 2014 volvimos a presentarlo muy bien trabajado por los servicios técnicos de las cinco comunidades autónomas con los requerimientos que se nos solicitaron desde la UNESCO. Todo apuntaba a que íbamos a ser presentadas por el Ministerio por ser la única propuesta pero tras mucho trabajo, de repente y por una decisión política que jamás debería mezclarse, se incluyeron las Fallas de Valencia y el resultado ya lo conocemos.
¿Cómo se gestionó ese revés?
Volviendo a Madrid para luchar por ser única candidatura en el ciclo nuevo. Lo hemos logrado y sé que no habrá problema porque después de lo sucedido, el Ministerio tiene una gran deuda con las Tamboradas. Es una pena porque de haber ido todo bien, Alcañiz podría haber acogido las primeras Jornadas con la declaración.
¿Lograr la declaración sería su mayor logro de casi 30 años de mandato?
Sería el mayor logro para todos los pueblos, pero para mí, será sobre todo el haber conseguido unir en una gran familia tamborilera a tantos pueblos con maneras de pensar y tocar el tambor tan diferentes. Somos las Tamboradas del Consorcio y nuestro nexo de unión es el tambor en Semana Santa y cada pueblo tiene su historia, estilo y tradición. Cada vez hay más sitios en los que se toca el tambor pero hablamos de tradición que, en casos como el de la Ruta del Tambor y Bombo, que encarna la seriedad y sobriedad, viene de siglos atrás.
¿Es más eficaz entenderse con un tambor que entre políticos?
(Ríe) Nosotros nos entendemos con solo mirarnos. No hay trofeos porque no competimos. Cada pueblo muestra los toques que llevan meses ensayando y siempre respetando lo tradicional, lo contrario sería de una inmadurez total.
¿Qué papel juega la indumentaria?
Igual que el toque, cada pueblo tiene su vestimenta y su historia. Baena llama la atención por la elegancia de los cascos, las colas y las chaquetas o Moratalla, con todos los parches y colores que también tienen su explicación. Yo me fijo mucho en Alcañiz por la manera en la que llevan la impecable túnica azul, camisa y corbata y solo dejando entrever el zapato negro. La primera vez que vi los tambores en la plaza en Semana Santa, lo primero que pensé es que el cielo había bajado a la tierra. Esto hay que cuidarlo. En las Jornadas destaca el sonido pero también la indumentaria.
¿Cómo afronta los últimos tres años de legislatura?
Con las mismas ganas que en 1991 pero cada vez que pienso en lo que puede significar el reconocimiento de la Unesco, con más ilusión si cabe.
*Más información en la edición impresa