La prisión zaragozana está preparada para acoger a presos muy peligrosos
El triple asesino de Andorra, Norbert Feher, ya ha sido trasladado a la cárcel de máxima seguridad de Zuera (Zaragoza), una de las más modernas del país y diseñada especialmente para acoger a presos muy peligrosos y conflictivos. Se le van a aplicar protocolos de máxima seguridad como vigilancia estrecha y específica. El día a día del conocido como Igor el Ruso en Zuera dependerá del test psicológico que se le realice y de los análisis que lleven a cabo los expertos de Instituciones Penitenciarias.
En la prisión de Teruel, donde ha dormido desde el sábado totalmente aislado del resto de presos, ya dio muestras de su carácter frío sin mostrar el más mínimo arrepentimiento. Tampoco perdió el apetito en ningún momento. Aunque en la dirección de Teruel no solicitó su traslado, es Instituciones Penitenciarias quien quiso que cambie de centro por uno de máxima seguridad. Aunque en un primer momento se anunció que el traslado se iba a hacer efectivo el martes, finalmente ha sido el miércoles.
Cabe recordar que la Jueza de Alcañiz dictó el domingo auto de prisión provisional comunicada y sin fianza por los tres homicidios de Andorra y los dos homicidios en grado de tentativa cometidos en Albalate del Arzobispo. El fugitivo admitió los cinco delitos. Antes de declarar por los asesinatos del Bajo Aragón, lo hizo por videoconferencia ante la Jueza de la Audiencia Nacional Carmen Lamela. También añadió que se encontraba en España desde el mes de septiembre y que no tenía ningún trabajo. Reconoció que ha utilizado hasta 18 identidades falsas en ocho países.
Norbert Feher llegó a la puerta de los juzgados de Alcañiz a las 9.45 bajo unas medidas de vigilancia excepcionales. Varios todoterreno de la Guardia Civil acompañaban el furgón donde se encontraba el criminal, y un gran despliegue de agentes armados con metralletas vigilaba la zona. A las 10.01 salió del furgón, aunque en ningún momento se le vio el rostro ya que los guardias civiles lo llevaron agachado y con la cara tapada.
Cuando el reloj marcaba las 17.50, tras casi ocho horas de declaración, «Igor el Ruso» salía de los juzgados de Alcañiz. Lejos de mostrar el más mínimo arrepentimiento su actitud fue en todo momento desafiante: con la cabeza alta, sacando pecho y observando fijamente a los periodistas desplazados con la mirada provocadora que solo un asesino sin escrúpulos puede tener. Gritos de «asesino», «cabrón» y «asqueroso» le acompañaron durante su trayecto desde los juzgados hasta la furgoneta, que duró quince segundos. Una vez salió de los juzgados de Alcañiz, el ex militar Serbio fue trasladado a la prisión de Teruel.