Por primera vez, desde que se creó este espacio de comunicación con todos vosotros, no os voy a recomendar ningún libro para leer. El precioso libro que me ha cautivado esta semana no tiene letras (excepto el prólogo), sólo imágenes: imágenes fotográficas. Aunque, por supuesto, tiene que ver con la lectura, y más concretamente con el acto de la lectura.
Las editoriales Periférica y Errata Naturae se han unido esta vez para presentarnos un título nunca antes publicado en nuestro país, uno de los libros de fotografía más importantes del siglo XX: «LEER», del húngaro ANDRÉ KERTÉSZ. Un libro que ha sido imitado hasta la saciedad, pero que es único: éste, el que hoy os recomiendo, es el original, y ninguna imitación tiene ni su calidad ni su encanto. Un libro que narra -que cuenta- de otro modo: con imágenes. Más de cuarenta años después de su primera y celebrada edición en inglés, a este clásico de la fotografía -aún hoy moderno, tierno y revelador- se le ha añadido un prólogo delicioso de Alberto Manguel y una nota de Robert Gurbo, experto en la obra de KERTÉSZ.
En las fotografías, tomadas entre 1915 y 1970, KERTÉSZ «capturó» a lectores de toda condición en momentos intensamente personales -y sin embargo universales- en cualquier lugar imaginable: azoteas, parques públicos, calles abarrotadas… Tal vez en memoria de su difunto padre, que era librero, o porque entendía profundamente la naturaleza transformadora de la palabra impresa, KERTÉSZ empezó a fotografiar a personas absortas en la lectura tan pronto como comenzó a tomar fotos; un tema que siguió intrigándolo mucho más tarde, ya en París o en Nueva York; cuando huyendo del nazismo tuvo que exiliarse. Murió en 1985, y su carrera abarca setenta y tres años, desde su cámara de placas hasta la Polaroid SX-70..
Una de las primeras fotografías de esta colección -tres niños pequeños y desarrapados mirando un libro que uno de ellos sujeta con las rodillas- la hizo en Hungría con poco más de veinte años y fue el inicio de esta serie fascinante que todavía hoy nos subyuga. Tan juguetonas como poéticas, las imágenes de este apasionante libro celebran el poder absorbente y el placer de esta actividad solitaria, y hablarán tanto a los amantes de la fotografía como a los de la literatura.
Nos dice Gurbo en la nota preliminar: esta nueva edición de «LEER» llega, irónicamente, en un momento en el que nos enfrentamos a la inquietante perspectiva de que los libros digitales puedan adelantar un día a los medios impresos. Las atemporales imágenes de KERTÉSZ de personas transportadas a otro mundo en el proceso íntimo de abrir un libro o un periódico vuelven a imprimirse en el momento justo. Así lo creo.