El pit lane walk fue el momento de ver a los mundialistas de cerca en sus boxes y de tratar de conseguir fotos y autógrafos
Se repitió ayer uno de los clásicos del Gran Premio como es el pit-lane walk. O lo que es lo mismo, el paseo entre la zona de boxes y el trazado del circuito. Esta cita está abierta a todo el mundo, a los que tienen su entrada para las carreras y a los que adquirieron su tique para poder acceder a este momento.
A las cuatro y media, grupos de amigos y familias se agolpaban en la puerta para entrar al recinto con la esperanza de ver de cerca a sus ídolos. No es difícil saber de qué pie cojea cada uno porque lo muestran en banderas, camisetas y gorras. Pero de repente, sale un grito entre la gente que anima a Viñales. «¡Maverick eres un crack!», dice, una ovación que tiene como respuesta el asombro de alguno que tiene al lado. «Que lo diga una fan de Márquez…», una apreciación cargada de risas, que ella zanja describiendo la esencia de este deporte: «Nos gustan unos más que otros pero al final todos son pilotos y se anima a todos»
A la caza de la foto
En las dos horas de pit lane walk fueron saliendo algunos como Pedrosa o Jordi Torres a atender a sus seguidores que esperaban en las vallas. Esta cita se solapa con la rueda de prensa de varios pilotos, por lo que para verlos hubo que esperar a que terminara a eso de las seis. Álex Rins, Marc Márquez, Viñales, Pol Espargaró, Andrea Dovizioso y Cal Crutchlow (ver pág. 42) fueron los conferenciantes. Rins atendió a los suyos en Alcañiz (ver pág. 38) y Márquez apareció sobre las seis y cuarto en su box.
Firmó fotos, cascos, banderas, camisetas y lo que le pusieron por delante. Tras hacerse todos los «selfies» que pudo, se marchó volviéndose a meter en el box despidiéndose saludando con los brazos en alto y dando las «gracias». Supo a poco. De hecho, alguno de los más pequeños no aguantó el llanto y por eso muchos lo esperaron en su hospitality.
Los fans de Márquez salieron del recinto. Mientras, los de Rossi coreaban el nombre del italiano mientras se conformaban con verlo a través de una pequeña pantalla. Él y Viñales estaban siendo entrevistados en el interior del box. La espera se hizo muy larga pero acabaron por salir. Casi al final, rozando las seis y media, la hora tope del pit lane walk. Los más afortunados se llevaron su firma y quien más quien menos capturados en sus cámaras y teléfonos pero también supo a poco. Emoción hasta el final como se espera en el circuito. Las banderas y camisetas ya están desempolvadas.
