La misionera ha trabajado más de 40 años fuera de España
Mª Pilar Benavente no visita su localidad, Alcañiz, en Semana Santa desde los años 70, cuando se marchó a África como misionera. Una vocación por ayudar de la que ha hecho su modo de vida. Precisamente, ese enfoque es el que intentará transmitir el lunes en el pregón: cómo ve la Semana Santa una alcañizana que lleva muchos años fuera de su ciudad y que ha convivido con otras culturas. «El pregón girará en torno al encuentro. Tanto por mi experiencia con personas con otras maneras de ver la vida como por la importante presencia del encuentro en la Semana Santa», explica Mª Pilar, quien leerá hoy el pregón a las 20.30 en el Teatro Municipal.
A sus 68 años, pertenece a las Hermanas Misioneras de Nuestra Señora de África, lo que le ha llevado a trabajar la mayor parte de su vida en otros continentes. Actualmente, es analista organizacional y encargada de Programas de Formación de Líderes en África en la organización Faith and Praxis.
En 2012 fijó su residencia en Madrid después de más de 40 años fuera de España, principalmente en África, aunque sigue viajando. Ahora gran parte de su tiempo lo pasa en Roma, en la sede de Faith and Praxis, organización en la que se encarga de confeccionar Programas de Formación de Líderes en África. La práctica se realiza en el terreno con los autóctonos dándoles formación en diferentes ámbitos, por lo que los viajes son continuos al continente al que ha dedicado y sigue dedicando su vida.
Mª Pilar acoge la lectura del pregón con «ilusión» y como un «regalo» de su ciudad. «Después de tantos años ausente de Alcañiz, tener la oportunidad de volver y en estas circunstancias…es fantástico. Aprecio mucho que se me otorgue la palabra. Haré lo posible por lograr un pregón con un contenido interesante», comenta la alcañizana, quien reconoce que en los últimos meses se ha tenido que documentar sobre la historia de las procesiones y las hermandades porque estaba un poco «desconectada». «No me ha costado escribirlo pero sí lo he hecho con mucho cuidado, he mimado cada frase. Ya lo tengo listo pero seguro que hasta el lunes aún hago un retoque», explica.
Su historia personal con la Semana Santa la devuelve a su infancia. Su familia está ligada a las Palometas. Su abuelo portaba la peana y tiraba de la cuerda, una tradición que después continuó su padre y sus tíos. Las nuevas generaciones de la familia también se han implicado. «Mi sobrino Jaime ya tiraba de la cuerda de la granada. Desde que falleció, nuestro vínculo es más estrecho en su recuerdo», precisa.
De pequeña también procesionaba el Sábado Santo vestida de baturra en el Santo Entierro. «En los ojos de un niño las procesiones y el sonido de los tambores es impresionante».