Uno de los movimientos literarios más curiosos e interesantes de la destartalada España de finales del siglo XIX y principios del XX fue el de la Bohemia. Escritores que, siguiendo la corriente naturalista, querían, con su vida y obra, desenmascarar la decadencia de una sociedad hipócrita que se pretende moral y cristiana, pero que está podrida por su base. Para ello escribían textos que mostraban sus ambientes más sórdidos y sus personajes más miserables: borrachos, prostitutas, mendigos, beatos de sacristía, etc…
Adscritos a este movimiento encontramos algunos buenos escritores: Emilio Carrere, Villaespesa, Eduardo Zamacois e incluso al genial Cansinos Assens; pero de entre todos ellos el que más destacó y el que ha pasado a la historia como su paradigma fue el sevillano ALEJANDRO SAWA (1862-1909), que viajó a París empapándose de arte y Belleza -lo que más amaba-; que se relacionó con los principales simbolistas; que vivió gran parte de su vida en Madrid trabajando para los periódicos más importantes; que escribió novelas que merecen ser leídas y recordadas: «Iluminaciones en la sombra», «Crimen legal», «Declaración de un vencido»…; que llevó una vida marginal que le llevó a terminar sus días enfermo, ciego y pobre; que su muerte fue lamentada por Rubén Darío y la posterior generación del 98, especialmente por Valle-Inclán, que se inspiró en él para crear a Max Estrella, su personaje de «Luces de bohemia», otorgándole con ello la inmortalidad literaria.
Muchas de las novelas de SAWA siguen editándose en nuestro país, pero hay una especial: «NOCHE», quizás la más estremecedora, que parece que se resistía a ello. Ha tenido que crearse una nueva editorial (delicada y bella y que augura un catálogo interesante): Amarillo Editora, para que su primer libro que sale a luz venga a satisfacer a tantos lectores que lo estábamos esperando.
«NOCHE» es la historia de la degradación de una familia contada sin ningún tipo de miramiento. Aunque a su alrededor pululan otras muchas historias: de sacerdotes, de prostitutas, de amantes de gran belleza, de maridos engañados, de hijos ilegítimos, de crímenes pasionales… Es la historia de una España finisecular, hambrienta y pasional, que vive de las apariencias (las descripciones de los sórdidos ambientes y de la miseria que los habitaba son realmente sobrecogedores). «NOCHE» es, pues, un cuadro brutal y feo de esa España; una novela, sin embargo, que se lee sin descanso, en donde el ritmo no decae y el autor rompe con la imagen que se tenía entonces de la mujer y plantea los peligros de una moral inventada al servicio de unos pocos.
Quizás, es verdad, no sea un prodigio de novela; pero está muy bien escrita, con un estilo impactante y un encanto innegable y, lo más importante, es el producto de un lúcido retratista de su época que no podemos, no debemos, dejar caer en el olvido.
Miguel Ibañez. Librería de Alcañiz