La pregonera destacó los nexos entre Alcañiz y África como la unión alrededor del tambor y la importancia del «encuentro»
La misionera Mª Pilar Benavente Serrano unió ayer en el Teatro Municipal de Alcañiz a sus dos mundos demostrando que, aunque están a cientos de miles de kilómetros, son más parecidos de lo que parecen a primera vista. La alcañizana, que ha trabajado más de 40 años fuera de España, pertenece a las Hermanas Misioneras de Nuestra Señora de África. Actualmente, es analista organizacional y encargada de Programas de Formación de Líderes en África en la organización Faith and Praxis. En 2012 fijó su residencia en Madrid aunque sigue viajando.
Ayer fue la encargada de leer el pregón de la Semana Santa de Alcañiz de 2017. Una lectura en clave de «encuentro» que comenzó reconociendo que pertenece los «alcañizanos ausentes», una expresión que le «fascinaba» de pequeña. Uno de los vínculos «simbólicos» entre Alcañiz y su vocación africana es el tambor. «El primer sonido que experimentamos es el latido del corazón de nuestra madre cuando estamos en su vientre. No importa cuáles sean nuestras diferencias, esto nos une a todos (…). Los tambores han estado presente en todas las civilizaciones, suenan para unir a las personas en ocasiones especiales y no solo unen a la comunidad sino que también ponen a la persona en estrecho contacto con su ser interior», dijo la pregonera.
Para Benavente, vivir el «encuentro» requiere estar en las fronteras y arriesgarse a atravesarlas. «Mi lugar está en las fronteras, ahí donde puedo encontrarme con el diferente, tenderle la mano y acoger la suya», afirmó la pregonera, quien opina que «quizás estemos viviendo la mejor época para ser creyentes porque en nuestra sociedad ya no se da a Dios por descontado».
La misionera también tuvo palabras para la Semana Santa alcañizana y, especialmente, para la procesión de las Palometas, a la que su familia está vinculada desde hace varias generaciones. Para la pregonera, la tradición semanasantística alcañizana tiene que ver con la fe, la religión y la espiritualidad pero también con el folclore, fiesta, espectáculo, política, economía y el turismo «Las fronteras no son ni pueden ser completamente serenas e impermeables. Son más bien porosas, movedizas y apasionadas».
Sus «principales» recuerdos, más que celebraciones litúrgicas, son costumbres populares como las palmas el Domingo de Ramos o la procesión del Bis-Bis. No obstante, su memoria «conserva también ese sentimiento de sobrecogimiento que nos invade cuando topamos con el misterio del dolor, propio y ajeno».
Benavente quien también denunció el tráfico de personas como una forma de esclavitud moderna, destacó que, en medio de tanta violencia e injusticia como existe en el mundo, la bondad y el cuidado tampoco conocen fronteras de religión ni de cultura.
El pregón dio comienzo con un homenaje a José Mª Sanz, que falleció en 2016. En un vídeo, distintas personas relacionadas con la Semana Santa recordaron al que fuera presidente de la cofradía del Santo Entierro. La «familia» de la Junta Suprema y la Ruta le dedicaron unas palabras en las que destacaron su gran labor. El acto terminó, como es tradición, con el toque de la cuadrilla de Alcañiz.