El piloto se une a larga lista de deportistas que residen en el país
Desde que la crisis económica golpeara a España hace unos años, han sido miles los profesionales cualificados y científicos que han tenido que salir fuera del país en búsqueda de oportunidades. La fuga de talentos parece haber llegado también al mundo del motociclismo y son muchos los pilotos que han decidido fijar su residencia en el Principado de Andorra. Uno de los últimos casos es el de Álex Rins, que lleva viviendo en el país vecino desde diciembre del año pasado.
El piloto con raíces en Valdealgorfa, que este año debuta en la categoría reina del Mundial con Suzuki, se encuentra en Andorra pasando los días previos al campeonato que comienza el próximo fin de semana en Catar.
Pilotos como los hermanos Pol y Aleix Espargaró, Maverick Viñales, Héctor Barberá y ahora Álex Rins son algunos de los integrantes de una larga lista de deportistas de élite que conforman la salida española al país vecino. La huída no se debe a la falta de oferta profesional en España, los motivos son otros.
Marc Márquez es otro de los pilotos que tiene vivienda en Andorra, pero en su caso sigue manteniendo su residencia en su pueblo, Cervera. La presión social pudo con el piloto de Repsol, que declaró en varias ocasiones que no se mudaba a Andorra por pagar menos impuestos, sino para «librarse del acoso de los fans».
El objeto oficial por el cual muchos de los pilotos españoles del Mundial deciden fijar su residencia en Andorra es por la tranquilidad que ofrece este paraíso enclavado en el Pirineo, la pureza del aire que allí se respira, la multitud de oferta deportiva invernal que ofrece la zona y la calidad de los entrenamientos en altura.
«El año pasado estuve como tres meses por aquí (Andorra) para ver si la altura me venía bien para entrenar. Me hice un chequeo físico y la verdad es que me venía muy bien este tipo de entrenamiento», destaca el propio Álex Rins.
Estos son los motivos oficiales por los que muchos deportistas justifican su marcha al Principado, pero es imposible obviar el hecho de que el país ofrece una serie de ventajas fiscales muy apetitosas para sus residentes.
Un paraíso en todos los sentidos
Desde hace poco más de un año Andorra ha dejado de ser considerado paraíso fiscal para el Gobierno de España. La presión internacional y los últimos casos de corrupción han provocado que el Principado haya tenido que firmar varios acuerdos de colaboración con España y otros países para dar información fiscal de clientes inmersos procedimientos judiciales. Con todo, las ventajas fiscales que ofrece Andorra provoca que todavía muchos sigan mirando con lupa sus actividades.
En los últimos años una larga lista deportistas españoles y de diferentes países europeos y del mundo han decidido establecer su residencia en Andorra. El motivo oficial es el explicado anteriormente, pero la economía también juega un papel muy importante en esta decisión.
En España los tipos máximos de IRPF están entre el 43 y 48% dependiendo de cada comunidad autónoma, mientras que en Andorra existe un impuesto fijo de un 10%. El diario digital Autobild.es publicaba en otoño del año pasado que los salarios de los pilotos del Mundial de MotoGP oscilan entre el millón de euros que cobra Héctor Barberá y los 18 que se embolsará Jorge Lorenzo esta temporada.
Se trata de una gran diferencia para estos deportistas de élite, que pasan de pagar la mitad de su sueldo en impuestos en España a tan solo una décima parte si fijan su residencia en Andorra.
Residencia «pasiva» de los pilotos
El Principado de Andorra creó un nuevo régimen fiscal hace unos tres años con el objetivo de quitarse la etiqueta de paraíso fiscal y tuvo que cambiar algunos aspectos. Una de las modificaciones fue excluir la denominación de «residente pasivo» por la de residente sin actividad lucrativa, es decir, aquellas personas que viven en el país pero que realizan su actividad profesional fuera de Andorra.
Este es el caso de Álex Rins y el resto de pilotos y deportistas que ahora residen en el Principado. Con el objetivo de atraer a este tipo de personas, se creó la «residencia por razones de interés científico, cultural o deportivo».
Para conseguir este tipo de denominación se tienen que cumplir una serie de requisitos como acreditar que la actividad que se desarrolla permite generar los recursos económicos suficientes, ser propietario o arrendatario de una vivienda, establecer la residencia en Andorra un mínimo de 90 días por año natural y hacer efectivo y depositar en el Instituto Nacional Andorrano de Finanzas (INAF) el importe de 50.000 euros no remunerados, más 10.000 por cada una de las personas a su cargo.