Hola amigos, inmersos ya en este otoño que a duras penas se va abriendo paso, vamos comprobando cómo los anaqueles de las Librerías se van llenando poco a poco de Novedades que pronto pondrán a prueba nuestra capacidad de elección. Por ello, una temporada más, me decido a acompañaros en esta dura tarea que todo lector debe afrontar, intentado seleccionar los libros que crea más interesantes. Nunca estarán aquí, por supuesto, los súper «best seller» de moda -que ya tienen sus altavoces mediáticos-, sino aquellas obras que suelen pasar desapercibidas entre tanta letra impresa, pero que, debido a su calidad, merecen ser leídas.
Entre éstas se encuentra, sin duda alguna: «SASHA Y VOLODIA», una hermosísima y fascinante novela editada por la pequeña, pero selectiva, editorial Armaenia, y cuyo autor es: MIJAÍL SHISHKIN (1961), uno de los nombres más destacados de la actual literatura rusa y el único galardonado con los tres principales premios literarios rusos. Su obra, traducida a más de 35 idiomas, y su estilo neomodernista fusiona lo mejor de las tradiciones rusa y europeas, siendo comparado, en alguna ocasión, con Tolstoi, Chéjov o Nabokov. Actualmente reside en Suiza, pues es un feroz opositor al régimen de Vladimir Putin.
En esta ocasión, SHISHKIN nos narra el drama de dos jóvenes amantes, Sasha y Volodia, que están separados por la guerra, pero que mantienen vivo su amor intercambiando apasionadas cartas. En ella hablan de todo y de todos: su infancia, sus familias, su vida cotidiana, sus alegrías y sus penas. Parece un normal intercambio epistolar entre dos enamorados y, sin embargo, conforme el lector va pasando páginas, empieza a darse cuenta de que algo va mal, de que el tiempo entre los amantes está desquiciado, de que no solo están separados por un continente, sino también por cinco décadas.
Ella vive en el presente y es enfermera en la Rusia de los años sesenta. Él, en cambio, lucha en China en la rebelión de los Bóxers a principios del siglo XX. Él ha muerto en una de las primeras escaramuzas de esa guerra medio olvidada, pero sus cartas siguen llegando. Ella, mientras tanto, se ha casado, ha perdido un hijo, pero continúa escribiéndole sin inmutarse; como si hubiera un mundo paralelo, como si el tiempo no jugara ningún papel, como si fuera tan pequeño como la muerte.
Estamos, como veis, ante una conmovedora historia de amor que aborda las cuestiones fundamentales de la existencia y que, mediante el poder de la palabra, anula todas las leyes del tiempo y del espacio. Ante una novela bella y poderosa, que nos conmociona y nos sacude y nos reafirma en el inmenso – más allá de toda temporal lógica-, inmenso poder del amor.
Buen principio, ¿verdad?