Marisa y Carmen Gimeno
Vecinas e historiadoras
Sentimientos, emociones, reencuentros: es La Puebla de Hijar en Semana Santa. Por eso, una de las manifestaciones más arraigadas entre nosotros es el toque del Tambor y el Bombo. Este ritual se practica desde hace varios siglos, y es transmitido de generación en generación.
La Semana Santa de La Puebla se refleja, sobre todo, en dos actos: el Romper la Hora del jueves y el Cese del Toque del sábado. En ambos, los poblanos actúan como si fueran uno solo, siendo capaces de olvidar desacuerdos o rivalidades. Ambos hechos son muy impresionantes y conmovedores, tanto que las lágrimas afloran sin darse uno cuenta.
El acto de «Romper la Hora» se realiza a las 00.00 de la madrugada del Jueves al Viernes Santo y no hay obligación de llevar túnica. Eso supone que todo aquel que tenga un tambor o un bombo, lo preste a amigos para que, también, en la plaza llena de gente, participen en este emocionante y apasionante acto.
No tendría el mismo sentido la Semana Santa si sus gentes no aguardasen impacientes, con las mazas en alto y los palillos suspendidos en el aire, el momento en el que sus bombos y tambores manifiesten los sentimientos más profundos e intensos.
En los últimos años, La Puebla de Híjar ha visto cómo se creaba un nuevo acto similar en emotividad a Romper la Hora, es el Cese del Toque del Tambor y el Bombo. Es como Romper la Hora pero a la inversa, es decir, en lugar de romper el silencio con el estruendo de los tambores y los bombos, el Cese consiste en romper el estruendo con el silencio. El acto tiene lugar el Sábado Santo, las cuadrillas siguen tocando por las calles del pueblo, hasta que se acercan las 22.00. Entonces los poblanos van acudiendo a la plaza y calles aledañas. Cada cuadrilla va tocando su marcha, pero así como se aproxima la hora, los sonidos se fusionan en uno solo, el toque de las procesiones. Poco a poco la marcha aumenta de revoluciones y decibelios hasta que se convierte en un rebotar periódico de palillos y mazas sin ritmo, creando un estremecedor estruendo que dura entre 5 y 10 minutos, hasta que, por fin, a las 22.00 en punto, el toque finaliza, produciéndose un silencio impresionante, roto a continuación con el aplauso de los presentes, felicitándose de que todo haya salido bien y emplazándose para el año siguiente.
Un aspecto muy importante de las fiestas es el regreso de personas que, por distintos motivos, viven fuera de la localidad, y que esperan y aprovechan esta ocasión para reunirse con familia, amigos y paisanos para participar en los actos y disfrutar.
¿Religioso, folclórico, laico,…? No se puede definir, pero la Semana Santa en La Puebla de Híjar con sus toques, procesiones, reencuentros, la llevan los poblanos en el corazón.