El Presidente de la Fundación Universitaria Iberoamericana, Santos Gracia Villar, será el pregonero de las fiestas de Valderrobres
Valderrobrense de sangre y adopción, entre su dilatada trayectoria académica y docente, que le ha llevado por medio mundo, destaca actualmente su labor como profesor en la Universidad Europea del Atlántico, labor que desarrolla en Santander.
¿Cómo asume este reto?
Con sorpresa y con mucha ilusión. He pasado los veranos de mi infancia y adolescencia junto a toda mi familia, ya que somos de allí. Pienso mucho en mi madre, mis tías, mis abuelos… y lo veo no como un reconocimiento individual si no como a toda mi familia. Me hace mucha ilusión porque sé que tanto por parte del alcalde, Carlos Boné, como de la concejal de Cultura, Asunción Giner, se sigue el criterio de que sea alguien del pueblo y que se sienta del pueblo el pregonero y por ello estamos muy emocionados. Mi abuelo Juan y mi abuela Carmen eran de Valderrobres, provenientes de Maella y Batea. Mi madre y mis tías son de allí y siempre hemos pasado Navidades, Semana Santa y muchos veranos, también junto a mis primos de Beceite, con lo cual se crea un vínculo afectivo enorme.
¿Cómo se siente cada vez que vuelve a Valderrobres después de recorrer habitualmente toda España, América y Europa?
Siento que es mi lugar de descanso. No hay nada más bonito que volver al lugar familiar, donde uno se siente sosegado, tranquilo y se reencuentra con los suyos. Esa vorágine que todos llevamos durante todo el año, tiene esa recompensa irrenunciable de volver a Valderrobres. Toda la familia además transmitimos siempre a nuestros hijos lo importante que es volver al lugar de nuestros padres.
¿Tiene pensado ya lo que va a decir en el pregón?
¡Es complicado! Creo que lo voy a enfocar más desde el punto de vista humano y del de una persona que no vive aquí pero que pasa varias temporadas al año y que recuerda a Valderrobres allí donde está. Intentaré reflejar las vivencias personales y llenar el pregón de ese ingrediente de ancestralidad. Cuando uno se siente ligado al lugar,es más fácil incluir ese aspecto emocional y sentimental.
Gracias a su fundación se han conseguido exposiciones de primer nivel e incluso se va a contribuir a la restauración del castillo…
Lo más importante es que todos seamos conscientes del enorme patrimonio que tenemos y lo sepamos apreciar y que cada uno, en función de sus posibilidades, pueda contribuir a poner en valor algo que va a perdurar en el tiempo, como así es en el caso del Castillo de Valderrobres ¿Qué mejor herencia que dejar una riqueza colectiva como lo es contribuir a un bien común? He de reconocer que cuando eso sera una realidad pensaré en qué hubiesen dicho mis abuelos de ver el castillo totalmente rehabilitado. Siempre me acordaré de un juego que nos hacía mi padre que consistía en contar hasta 10 hasta que, por fin, veíamos el castillo.
¿Qué es lo que más le gusta de Valderrobres?
Sobre todo el sentido de libertad que da el pueblo. Esos horizontes, esa libertad de no encontrar gran volumen de tráfico…¡Por todo ello debemos cuidar y conservar nuestro bello pueblo!