Paco Navarro Serred recibe este reconocimiento de la Coordinadora de la Semana Santa por su enorme y desinteresada labor durante toda su vida
Presentar a Paco Navarro y enumerar las razones por las que este año es distinguido con el Tambor de Oro de Calanda no es tarea complicada. Resulta casi innecesario, puesto que todos los calandinos saben de sobras que lo merece con creces. De hecho, a la Coordinadora de la Semana Santa calandina, que otorga este reconocimiento de forma extraordinaria a vecinos implicados en la tradición y la cultura local, le sobraron motivos para aprobar una propuesta que, tarde o temprano, tenía que llegar. Y lo hicieron por unanimidad.
Miembros de todas las cofradías, tamborileros, pregoneros, presidentes de asociaciones y, en definitiva, todos los vecinos de su pueblo conocen a la perfección la labor y el trabajo incondicional que Paco, «el chocolatero», ha dedicado a lo largo de prácticamente toda su vida a la Semana Santa y al toque del tambor y el bombo.
Como él mismo cuenta, lo primero que escuchó cuando salió del vientre de su madre fue el redoble de tambores y bombos de Calanda. Nació un Sábado Santo a media mañana y su vida ha estado ligada siempre de una forma especial a aquellos sonidos. Igual que las de sus hijos, Juan y Mamen, que han mamado desde niños los redobles de tambor. Ahora, lo intenta con su nieto, a quien regaló su primer tambor el día que nació. El pequeño Miguel lo estrenará esta semana y Paco no puede estar más contento.
Como coleccionista, también es un hacha. Además de conservar una decena de tambores y varios bombos, ha escrito un libro con la historia de su familia y en un álbum ha recopilado sus casi 73 años ligados al tambor y la Semana Santa. La maquetación y diseño se la debe a su hija Mamen, a quien encarga todos estos «trabajos». Paco guarda en su casa uno de los tambores más antiguos que se conserva en la Ruta del Tambor y el Bombo. Está en Calanda, pero reconoce entre risas que se lo trajo de Alcañiz, de donde es Mari Carmen, su esposa.
Ella ha sido, es y será el pilar fundamental de esta familia que acoge con los brazos abiertos a todo el que se acerca a Calanda durante estos días. Pero Mari Carmen prefiere no intervenir y cede el protagonismo a Paco. Un protagonismo que él tampoco quiere. «Soy muy emotivo, no lo puedo remediar y pierdo un poco el control de las emociones. Me acuerdo mucho de mi hermano, que falleció joven, y de mis padres», dice mientras reconoce que, cuando José Miguel Asensio y Manolo Royo le comunicaron que era el Tambor de Oro en su casa, se echó a llorar cuando se marcharon.
Paco incide en que no merecía ningún reconocimiento y que así lo trasladó el año pasado a la Coordinadora, cuando dejó de ser secretario emérito de la misma tras más de 30 años. «No quería ninguna medalla», insiste.
Haciendo memoria se refiere a tres momentos de los que se siente muy satisfecho dentro de toda su trayectoria en el seno de la Coordinadora. El primero fue hace ya más de 20 años, cuando se propuso una jornada de confraternización de cofradías el Domingo de Ramos. Actualmente, se mantiene como uno de los actos más entrañables y destacados, que une a personas de todas las generaciones. «La idea era acabar con una rivalidad que había habido siempre entre las cofradías. Y se consiguió porque ahora es muy sano todo», dice satisfecho.
Otro momento importante fue la publicación del libro «Calanda, el sueño de los tambores». «Era alcalde Manolo Royo y lo único que nos pidió fue credibilidad. Para elaborarlo nos pusimos en contacto con catedráticos, historiadores, sociólogos… Nos supuso muchos viajes a Zaragoza y a Madrid pero conseguimos un trabajo muy bien documentado que detalla todo lo que supone la Semana Santa y el toque en Calanda. Es una joya y ¡fue dos semanas best seller en el Corte Inglés!».
Por último, destaca la consecución de la sede de la Coordinadora y todo el archivo que se ha recopilado y catalogado para la posteridad. «Fue la culminación de todo. Todo lo que hay tiene un valor incalculable y, para conseguirlo, contamos con la colaboración de todos los vecinos de Calanda que guardaban en su casas fotos, artículos, documentos etnográficos…», señala Paco, que no olvida el trabajo y la impronta de su gran amigo, Julio Ramos, en este proyecto.
El interés de Paco por su pueblo no se limita sólo a la Semana Santa. También está implicado en la Fundación Mindán Manero y fue corresponsal del Bajo Aragón para la prensa y la radio durante sus 38 años como funcionario del Ayuntamiento. «Enviaba crónicas a máquina por correo. No era como ahora», recuerda nostálgico.
Pero si la labor de Paco ha sido destacada en Calanda, no lo ha sido menos en la Ruta del Tambor y el Bombo, como fundador y representante de la localidad durante décadas. Fue la Ruta precisamente, la que le otorgó en su día el Tambor Noble, que recogió en Samper de Calanda. «Entonces estaba de secretario apuntándolo todo y cuando dijeron mi nombre pensé, ¡qué casualidad, hay uno que se llama como yo! pero no, todos me miraron porque era yo el Tambor Noble».
Y, con toda seguridad, ha sido esa nobleza la que se ha ganado un hueco en el corazón de todo el mundo que le conoce.