Es curioso. Todavía hoy, después de 10 años de la desaparición del gran escritor aragonés JAVIER TOMEO, hay quien sigue considerándolo sólo como un «raro: simpático, descarado y de fácil lectura, pero sin más. Es, más o menos, el caso de otro aragonés, otro «raro», pero esta vez del siglo XIX: Braulio Foz. Sin embargo, pocas prosas hay tan lúcidas y contundentes en la historia literaria de España. «La potencia que emiten estos «raros» -decía Ignacio Echevarría-, su atractivo, se sustenta en buena medida en su posición esquinada», o sea, en estar al margen de las corrientes de la época. En el caso de Tomeo el movimiento predominante era la novela social, escritores como Benet, Martín Santos o Martín Gaite dominaban el panorama literario. En sus inicios, Tomeo empezó a escribir como ellos, pero, decía que se aburría a los pocos párrafos. Y entonces comenzó a escribir esas novelitas, esos cuentos tan maravillosos, absurdos e inesperados, que destruyen toda lógica, pero que poseen, a la vez, una lucidez y claridad pasmosa, que le hicieron famoso en toda Europa. Sus obras han sido traducidas a quince idiomas, se han adaptado al cine y al teatro, y en Francia o Alemania es uno de los escritores más leídos, queridos y famosos. Se ha dicho que es el escritor español que más cerca ha estado de Kafka, se le ha comparado, en algunos aspectos, con Thomas Bernhard o Buñuel… No sé, lo único cierto es que sus relatos y las novelas siempre escuetas y concisas demuestran una inusual maestría: son como un reloj de precisión, donde no falta ni sobra nada.
Toda la obra de Tomeo está poblada, de forma literal o metafórica, por sus queridos monstruos, a través de los cuales se presenta un universo tamizado por el absurdo y el humor negro, donde habitan lo distinto y lo asimétrico, y donde reina una profunda sensación de soledad que caracteriza el mundo contemporáneo
El libro que esta semana os recomiendo: «VAMPIROS Y ALIENÍGENAS», se quedó sin editar tras su muerte; y ahora, coincidiendo con el décimo aniversario de ésta, la editorial Alpha Decay lo ha sacado al mercado para deleite de todo lector que se precie. Los monstruos de TOMEO se encarnan en estas páginas en vampiros cuya identidad es a veces puesta en duda por sus semejantes, o en extraterrestres que, o bien están preparando en secreto una tercera guerra mundial, o bien presagian una segunda edad de oro. Por supuesto, ninguno de estos relatos se inscriben en las categorías de ciencia-ficción o terror, sino que el autor aborda la subversión hilarante de algunos de los clichés de estos géneros para ahondar en las patologías propias de la condición humana, reducida a una suerte de teatro de lo burlesco.
Los que no hayáis hecho, leed a TOMEO, nunca os arrepentiréis, al contrario, veréis la vida de otra manera: más profunda y ligera a la vez.
Miguel Ibañez. Librería de Alcañiz