El fesh-fesh entierra la aventura del piloto caspolino en la cuarta etapa del rally
La aventura de Víctor Rivera en el Dakar ha llegado a su fin antes de tiempo. El fesh-fesh enterró, literalmente, las aspiraciones del piloto caspolino en la cuarta etapa camino de Tacna que se disputó ayer. Rivera quedó atrapado en una poza donde la arena estaba más blanda de lo habitual por el paso de otros pilotos. «Se me ha hundido la moto. La rueda de delante no se veía y la de detrás menos aún… Llegaba hasta la rodilla», contaba en un vídeo que subió a su Facebook.
Para poder sacar la KTM de la poza de fesh-fesh tuvieron que ayudar hasta una docena de personas, algo que permite hacerse una idea de la magnitud de la «clavada». «Había gente por allí, al final les he debido de dar pena y han venido a ayudarme pero no podían ni andar. A alguno bajito le llegaba la «harina» hasta la cintura», comentaba el piloto caspolino.
Esta odisea en la arena dañó el filtro de la moto de Víctor Rivera y acabó afectando al motor, lo que le obligó a abandonar el Dakar 2019 prematuramente. «Me he despedido de mis compañeros [Nicola Dutto, Julián Villarrubia y Pablo Toral] y estaban muy apenados. No sé describir este sentimiento, porque venía convencido de llevar a Nicola a la meta y ahora se han ido bastante contrariados», dijo Rivera. En este sentido confirmó que todavía no vuelve a España, sino que permanecerá en Perú para ayudar al equipo en todo lo posible.
En el mismo vídeo el caspolino también contó la dureza de la etapa anterior, que lograron terminar tras 21 horas sin descanso y a solo cuatro minutos del cierre de control. «Nos levantamos a las 5 de la mañana y llegábamos al campamento a las 2 de la mañana del día siguiente. Lo vencimos todo. Todo lo que se nos puso por delante lo superamos», dijo satisfecho.
De vuelta al campamento en el Peugeot de Jean Brucy «gracias» a un escorpión
La KTM de Víctor dejó de funcionar en una zona sin cobertura en medio de la nada. Tan pronto como pudo, subió a lo alto de una montaña en la moto de un espectador para avisar a familiares y amigos de que estaba bien. Pasó unas horas en el desierto esperando a que las asistencias fueran a recogerlo, pero un golpe de suerte le ahorró el farragoso trayecto en el camión escoba y a cambio le trajo un Peugeot oficial, coche ganador de los últimos Dakar.
Un escorpión picó a Jean-Pascal Besson, el piloto del coche, cuando fue a coger una piedra para poner un gato. El francés comenzó a encontrarse mal y tuvo que ser evacuado en helicóptero. Su copiloto, un dakariano puro como Jean Brucy (dos top-20 en el Dakar como copiloto y 4º en las ediciones 2000 y 2003 en moto), se quedó entonces solo y Víctor Rivera pudo acompañarle hasta el campamento en el Peugeot. El caspolino subió varios vídeos a Facebook en los que se le veía disfrutando de la travesía por el desierto dentro de todo un ganador del Dakar.
En ese momento, cuando ya estaba de camino al vivac, el propio piloto contó vía audio de WhatsApp a La COMARCA su plan cuando vio que la moto dejaba de funcionar. «Pensaba llevar la moto al campamento para cambiar el motor y después ir al siguiente vivac habiendo cogido la salida y la llegada de la etapa. Así te penalizan pero puedes salir al día siguiente. Pensaba coger algún CP por la carretera y buscarme la vida pero tampoco he podido, me han tenido que venir a buscar», explicó el piloto caspolino.
Buen humor pese al abandono
Víctor Rivera también vio el lado positivo de su abandono prematuro en el Dakar y se quedó con el consuelo de poder disfrutar de los paisajes de Perú desde otra perspectiva. «Me dolía mucho hacer los enlaces por la noche y no poder ver la carretera Panamericana con el mar a un lado y el desierto a otro. Ahora a disfrutar del sol, si no se me comen los buitres…», concluyó el caspolino mientras esperaba asistencia en medio del desierto.