Ana Celia Panadés
Presidenta Soledad
Que los alcañizanos empezamos la Semana Santa antes es un hecho. Con la ilusión del que se prepara para una gran fiesta deshilvanamos plisados, rectificamos túnicas y acondicionamos habitaciones y despensas para acoger generosos a los llegan. Todo dispuesto para que empiece la fiesta, se abran las casas y surjan las risas y las prisas. En casa cofrade se cena pronto, se vuelve tarde, sabe a torta y a moscatel.Y todo sea dicho, hay a quien le siguen resonando los tambores en la cabeza a la mañana siguiente.
Pensar en Semana Santa me evoca, además de lo dicho, la idea de trabajo invisible y de trabajo de muchos. Estando dentro os puedo decir que en Alcañiz hay mucho majareta que estando en la retaguardia, tras la intimidad de un caperuzo a cara descubierta hace que todo salga adelante, que salga como siempre.
Hay quien después de apagar los motores de septiembre enciende los suyos, quienes dan su mejor versión para sacar adelante los proyectos de sus cofradías y hermandades y además lo hacen con ganas, con ilusión. Majaretas ellos que sabiendo que el tiempo vuela se meten en estos líos que te rellenan los huecos libres de la agenda, que tienen que pedir favores, que dedican las noches a coser, que pese al frío y al cansancio ensayan los toques que nos emocionan, que se pasan ratos eternos con papeleos, con escobas o con lo que les toque. Aquí todo es importante, cada uno hace lo que sabe con destreza y lo que le toca como puede. Lo que nunca falta es buena voluntad, disponibilidad y compromiso.
Por eso, en estas semanas previas de preparación que desde dentro se viven intensamente, me acuerdo de todos estos majaretas que hacen que nuestra Semana Santa salga adelante, que se vea preciosa. Su trabajo comprometido y el arraigo por nuestra tierra nos aseguran una Semana Santa más. Nos resta mirar al cielo, y si nos deja, disfrutar y participar de ella.