El reconocido poeta a nivel nacional, el zaragozano Ángel Guinda, es el pregonero de las fiestas de Calaceite.
¿Cuándo le ofrecieron ser pregonero? Hace ya un año me lo ofreció el alcalde pero dio la casualidad de que justo ese día tenía un compromiso familiar al que no podía faltar. Pero me comprometí a estar este año.
¿De dónde viene su vinculación con Calaceite?
Con 21 años residí un año en Alcañiz y al año siguiente en Caspe. Por ello tuve ocasión de desplazarme por el Matarraña y en Calaceite estuve con José Donoso, en su casa. Posteriormente entablé una gran amistad con Ángel Crespo y con Pilar Gómez Bedate. También con el poeta Juli Micolau que actualmente reside en La Fresneda y estuve en varias ocasiones en Valderrobres. El Matarraña siempre me ha apasionado.
¿Cómo recuerda el Calaceite de aquellos años?
Era mucho más desconocido que ahora. Yo ahora lo veo con mucha efervescencia y con una fama creciente. En aquellos años de mi juventud era un pueblo más tranquilo. Siempre he creído que Calaceite es un museo de las piedras, de la forja e incluso del cristal. Es un pueblo sencillo, sereno; un pueblo bilingüe que lo hace lugar de encuentro y acogida. Es un pueblo de olivos con raíces en la Luna, es un pueblo magnético cuyo misterio que posee atrae a muchos artistas y visitantes.
¿Cual es el poder de la poesía, de la palabra en esta sociedad?
La palabra es el elemento fundamental de la defensa de la identidad del ser humano, que está muy atacada en estos tiempos porque hay mucha dispersión. El mayor problema que tenemos ahora mismo es la dispersión y la falta de concentración.