Grandes y pequeños recorren las calles animando al personal con el espíritu navideño
Siguiendo las instrucciones del párroco y su guitarra, un nutrido grupo de niños y no tan niños pasaron parte de la tarde de este 26 de diciembre recorriendo las calles de Calanda entonando villancicos.
Cantaron e hicieron sonar sus instrumentos. Panderetas, castañuelas, tambores y hasta cornetas un tanto peculiares sonaron desafiando al frío. Unos fueron ataviados de pastorcillos y otros, de Jesús, María y José además de los Reyes Magos. Todo, para «despertar» a sus vecinos ese espíritu navideño ya que todavía queda mucho que festejar por delante.
El grupo hizo parada en cada capilla del pueblo sin dejar de hacer sonar sus instrumentos y sin dejar de cantar.
El final fue muy dulce ya que el grupo de la parroquia agasajó a los participantes con una suculenta, caliente y merecida chocolatada.