La Asociación Casa Bosque de Caspe está buscando distintas fórmulas para conseguir rehabilitar su tejado, en muy malas condiciones desde hace décadas. Cada vez que hay lluvias o temporal, se ve perjudicado el inmueble, que cuenta con más de 500 metros cuadrados.
Esta semana algunos de sus integrantes tuvieron una reunión que definieron como «muy necesaria». Se retomó el tema de llevar a cabo algún tipo de actuación para conservar y rehabilitar la cubierta del edificio sobre todo en la zona que está en peor estado.
«La mayoría de los arquitectos y técnicos socios y colaboradores de la asociación han podido asistir, y le hemos estado dando otra vuelta de tuerca», explica Cristina Ferrer, una de las representantes de la Casa Bosque. Durante el encuentro surgieron nuevas ideas incluso para la recuperación integral de la casa, pero, en el caso de que se pudieran hacer efectivas, igualmente «llevarán tiempo, y mientras tanto urge evitar que siga entrando agua a la casa», asegura Ferrer.
Lo peor está en la zona más alejada a la parte restaurada, la que da a la calle Borrizo, pero igualmente la asociación quiere evitar que se siga deteriorando esa zona de la casa. «Necesitamos una solución económica para tapar ese agujero o poner algo debajo que redirija las aguas hacia fuera», comenta la integrante de la Casa Bosque. Buscan recomendaciones, consejos, mano de obra, o cualquier otra ayuda que los voluntarios puedan prestar. Desde la Asociación recuerdan que es posible colaborar también económicamente, además han incluido en la página web nuevas opciones más sencillas, que permiten seguir apadrinando tejas mediante número de teléfono (Bizum).
La Casa Bosque es un edificio histórico ubicado en Caspe que la Asociación (con el mismo nombre) quiere recuperar y llenar de vida. Desde el colectivo, sin ánimo de lucro, les gustaría convertir este espacio en un lugar de encuentro, donde pasado, presente y futuro se unan para fomentar la convivencia y contribuir al desarrollo rural de la zona.
La Casa Bosque de Caspe convocó su primera asamblea y se constituyó como asociación el 11 de febrero de 2017, con el objetivo de comenzar el proyecto de recuperación del conocido inmueble, llamado con el mismo nombre, y datado del siglo XIX. La construcción, ubicada en el centro de la localidad, está protegida por el Catálogo de Patrimonio Arquitectónico del Plan General de Urbanismo de la localidad.
Se han realizado muchas actividades y eventos para conseguir recaudación desde entonces para sufragar las obras de rehabilitación, las cuales han sido pausadas por la pandemia. Una de las últimas iniciativas de la Asociación ha sido la sala de escape o ‘scape room’, que tuvo que cerrarse durante meses y ha vuelto a abrirse este mes de febrero.
Seguirá ubicada en la zona habilitada tras la primera fase de restauración. El espacio está constantemente ventilado, los grupos serán de un máximo de 4 personas hasta que la normativa sanitaria lo permita, y se tienen en cuenta todos los requisitos anti covid.