La estación se ubicará en el Polígono El Castillo, tendrá un coste de tres millones de euros y su mantenimiento costará 400.000
El Ayuntamiento de Caspe afrontará 2017 con un proyecto clave en su mente: el inicio de la construcción de una nueva planta potabilizadora. El equipo de gobierno se encuentra tramitando los permisos correspondientes para comenzar cuanto antes unas obras que califican como «prioritarias» para Caspe y con las que acabar con los problemas de turbidez y salubridad que arrastra el agua caspolina desde hace años.
El informe de viabilidad ya ha sido aprobado, el siguiente paso es que el INAGA dé su visto bueno a la ubicación. «El miércoles estuvimos en Zaragoza con el Instituto Aragonés de Gestión Ambiental para agilizar los trámites e intentar subsanar las deficiencias de la ubicación. Al parecer nos encontramos en medio de una Cañada Real y nos puede dar problemas. Sin embargo, esperamos poder arreglarlo cuanto antes y poner los primeros en 2017», relata Pilar Mustieles, portavoz del equipo de gobierno.
La nueva estación, que tendría una capacidad para 15.000 habitantes, se ubicará en el Polígono El Castillo, situado en una de las cotas más altas de la ciudad y sobre terrenos de propiedad municipal. «Esta elección no es aleatoria, ya que el hecho de estar en una zona alta nos ahorra costes del bombeo. El agua llegaría a los hogares casi por decantación optimizando así los recursos y ahorrando los costes de luz correspondientes», indica Mustieles.
La nueva potabilizadora, que tendrá un coste de tres millones de euros, funcionará mediante un sistema de ósmosis inversa con filtros de carbón activo, en la que los sulfatos prácticamente desaparecerán y la dureza se rebajará considerablemente, hasta 20 grados franceses. Precisamente, el alcalde de Caspe, Jesús Senante, junto con el concejal de Obras, José Manuel Jariod, estuvieron visitando esta semana la Estación de Tratamiento de Agua Potable de Calahorra, de similares características, con el objetivo de conocer su funcionamiento y coste.