Los caspolinos se vuelcan en una recreación histórica que supone la antesala a su fiesta más conocida, el Compromiso
La Colegiata de Caspe volvió a ser testigo del Juramento de los Compromisarios este domingo. Todos los personajes pasaron uno a uno por la zona del altar para jurar ante el lignum crucis y los evangelios que actuarán en cargo a sus conciencias respecto a la toma de una decisión sobre la sucesión de la Corona de Aragón. Se trata del acto previo a su fiesta más conocida, el Compromiso. Numerosos vecinos se acercaron hasta el interior de la Colegiata para ser testigos de este acto, que culminó una jornada dedicada a rememorar el hito histórico. «Nosotros, como aragoneses, como españoles y como caspolinos, somos herederos de esa decisión», aseguró Darío Español, el responsable de la recreación, ante sus vecinos.
A lo largo de toda la jornada se sucedieron varias representaciones, que comenzaron por la mañana con la toma de posesión de la Colegiata y el castillo de Caspe por parte del Señor interino de la villa, Domingo Ram, Obispo de Huesca y compromisario. Más tarde se presentó, uno a uno, ante el pueblo de Caspe a todos los pretendientes al trono de Aragón tras la muerte sin descendencia del que hasta el momento era el rey.
El templo se llenó a la tarde de aplausos al finalizar la eucaristía celebrada por Pere Çagarriga, Arzobispo de Tarragona, y el Juramento de los Compromisarios para despedir a las más de cien personas -90 actores caspolinos y 25 recreadores- que hicieron posible una recreación histórica pensada al milímetro. «Es un acto fundamental para nosotros y que supuso que el 28 de junio se produjera el famoso Compromiso», aseguró Jesús Senante, alcalde de Caspe.
Hubo también mención especial para las asociaciones locales y para el Coro Ciudad de Caspe, que puso la banda sonora a un acto solemne que intentó aproximarse a lo que hace más de 600 años vivió la que ahora es llamada la Ciudad del Compromiso. «La Historia es apasionante, hemos tratado de acercarnos lo máximo posible para que podáis vivirla y tener herramientas de reflexión», aseguró Español ante una Iglesia abarrotada.