Solicitarán al gobierno central que financie la adecuación del tramo desde Entrepuentes hasta El Dique
La Confederación Hidrográfica del Ebro pedirá al Ministerio de Medio Ambiente que asuma el arreglo del antiguo cauce del Guadalope. Así lo comunicaron los responsables de la CHE en una reunión que mantuvieron con el alcalde de Caspe, Jesús Senante.
En el encuentro, el consistorio caspolino volvió a reclamar los 600.000 euros procedentes de los fondos de energía reservada, aprobados por la entidad en diciembre del 2014, y que todavía no han llegado a la ciudad del Compromiso. Precisamente, con esta ayuda se pretendía arreglar parte de este tramo considerado por la población como «un pozo infecto» lleno de suciedad y aguas putrefactas.
«En mayo del 2015 hubo elecciones y la nueva dirección de la CHE ha decidido paralizar todas las obras no iniciadas y que estaban financiadas con esta primera fase de los fondos que llegaron a Confederación» explica Jesús Senante, primer edil caspolino.
En el 2011 se redactó un ambicioso proyecto que consistía en convertir todo el tramo en una zona de paseo natural. El coste global es de cinco millones de euros, inasumibles, de momento, por ninguna administración pública. Por este motivo, desde el ayuntamiento solicitaron a Confederación que al menos se llevará a cabo el arreglo desde el Parque de Entrepuentes hasta El Dique.
«Vamos a seguir luchando por el proyecto global pero, al menos, queremos que arreglen este tramo que es uno de los más afectados. Para ello, incluso, habría que elaborar otro proyecto. Esta petición fue admitida, pero tocará esperar a la contestación de CHE y de Madrid», cuenta el alcalde. Senante recalca que la actitud de Confederación es positiva y se muestra confiado en recibir una respuesta en los próximos meses. «Ya sabemos que las cosas de palacio van despacio. Por tanto, vamos a ser pacientes. Todo está encauzado y ahora toca esperar», indica.
Por otro lado, el Ayuntamiento de Caspe enviará la próxima semana a la CHE las 3.500 firmas que les entregaron desde la Asociación de Amigos del Castillo reclamando la adecuación «inmediata» de este proyecto.
La entidad emprendió hace unos meses en la presentación del libro «Cauvaca: el paraíso perdido», que relata la marcha de los vecinos de las huertas por el pantano, una campaña reivindicativa para reclamar estas obras que consideran «justas y necesarias» para recuperación del río de Caspe. «Ya hemos acordado en comisión y con la aprobación de todos los grupos enviar estas rubricas a CHE. Es una forma de ejercer fuerza y decirles que no se trata de una petición del Ayuntamiento de Caspe, sino que hay toda una población detrás esperándolas con ansias», cuenta Senante.
A pesar de esta entrega, los Amigos del Castillo continúan con sus actividades con las que dar a conocer el caso del Guadalope. Precisamente, el centro Joaquín Roncal de Zaragoza alberga durante todo es mes de febrero una exposición de fotografías en las que se da a conocer el estado actual de este tramo, además de imágenes antiguas en las que se puede observar la época de esplendor de este río. «Seguiremos realizando actividades pero es momento de que hagan fuerza las administraciones. La pelota está ahora mismo en su tejado, aunque nuestra reclamación continuará vigente y hasta que se consiga», puntualiza Antonio Espinosa, vicepresidente de la Asociación de Amigos del Castillo.
Consecuencias del embalse
Cabe recordar que el mal estado del antiguo cauce del río Guadalope se remonta a la década de los años 60 con la construcción del embalse de Mequinenza. Las obras provocaron que parte del cauce quedara sin desembocadura y con el paso del tiempo las aguas estancadas desprendieran mal olor. Además la zona se ha ido convirtiendo en un vertedero «ilegal» donde a su paso se pueden encontrar electrodomésticos, muebles y enseres en desuso y que son abandonados en este espacio.
A todo ello, se añade la marcha de cientos de caspolinos de huertas como Cauvaca o La Herradura que tuvieron que empezar de cero tras quedar sus campos bajo las aguas del pantano. Un calvario que merece una compensación.