Los chipranescos tienen marcada en rojo la festividad para reunirse en el entorno de la ermita
Chiprana celebró San Marcos el sábado por todo lo alto. El entorno natural de la ermita se llenó de chipranescos para disfrutar de uno de los días más especiales del municipio. La festividad está marcada en rojo en el calendario y es una cita ineludible no solo para quienes residen en Chiprana, sino para todos los que tienen relación con el pueblo. «Es una fecha que se reserva para volver a Chiprana estés donde estés y celebrar el día todos juntos», «lo más especial es que durante el año todos nos vamos a estudiar fuera y nos reunimos en días así, es como un reencuentro», comentaban dos de las asistentes que fueron fieles a la cita.
Pese a que la fiesta se ha convertido en popular tiene su origen en el ámbito religioso. En primera instancia nació como una romería para pedir buenas cosechas durante todo el año a San Marcos. El día comenzó a las con los actos religiosos: se celebró la tradicional bendición de los campos y acto seguido tuvo lugar una misa cantada en el interior de la ermita.
Al finalizar la eucaristía el espíritu festivo se adueñó de todo el entorno del parque de San Marcos. Decenas de cuadrillas y familias se reunieron y comenzó la fiesta (si es que no lo había hecho antes): partidas de cartas, vermú y aperitivos fueron los protagonistas durante la mañana en cada rincón donde se juntaba una cuadrilla. Por si fuera poco la orquesta Oceanic ofreció una sesión de baile matutina que hizo las delicias de los más marchosos con clásicos como «Un beso y una flor» o temas más actuales como «La bicicleta». Como no podía ser de otra manera, los niños también tuvieron su espacio y disfrutaron con tres castillos hinchables donde saltaron hasta quedarse sin fuerzas.
Más de 400 paellas
El Ayuntamiento de Chiprana introduce paulatinamente novedades para mejorar, si cabe, la celebración de San Marcos. En 2017 apostaron por una paellada popular con muy buena aceptación que se repitió el sábado. «El objetivo es intentar que la gente no se preocupe de preparar la comida, no tenga que usar las barbacoas y pueda disfrutar del día», explicó el alcalde, Javier Nicolás. En total se sirvieron más de 400 raciones de paella que los estómagos de los chipranescos agradecieron. «La verdad es que facilita bastante las cosas porque te olvidas de la comida y con traer algo de aperitivo es suficiente», comentó una de las asistentes.
Sin descanso hasta la madrugada
Después de una pausa para saciar el apetito continuó el día de celebración. Nuevamente partidas de cartas, «piques» al guiñote y algún que otro «digestivo» para asentar el estómago antes de seguir bailando con la segunda sesión de la orquesta. Los chipranescos, más animados conforme pasaba el día, llenaron la pista de baile mientras los pequeños seguían disfrutando en los castillos hinchables.
Chiprana vivió uno de sus días grandes como se merece, por todo lo alto y con un ambiente magnífico. Como novedad, este año se introdujo una discomóvil por la noche para los jóvenes. La fiesta terminó a las 04.00, cuando un autobús partió de la ermita hasta Chiprana y Caspe para dejar en sus casas a los que quisieron apurar la celebración de San Marcos hasta el último momento.