Ya ha finalizado la segunda fase de rehabilitación de la Casa Bosque caspolina, reforma que ha sido posible gracias a subvenciones de fondos europeos. Aunque todavía se están perfilando los últimos detalles en un mes previsiblemente se espera que se pueda abrir un nuevo espacio para dar inicio a futuras actividades previstas.
Y es que la crisis sanitaria ha influido negativamente en el desarrollo de sus proyectos, pero la Casa Bosque poco a poco está retomando su actividad con muchas novedades, para seguir impulsando el desarrollo y el emprendimiento de los jóvenes en el territorio. «Queremos crear un espacio para emprendimiento social y coworking», ha matizado Cristina Ferrer, integrante de la junta. Uno de los objetivos es crear y dar seguimiento a proyectos que puedan impactar positivamente en el territorio, que cubran una necesidad social y que a la vez sean sostenibles económicamente. La entidad también tiene previsto crear un área coworking para impulsar así el teletrabajo. Se plantea como un espacio dirigido a emprendedores, autónomos, profesionales, artistas o cualquiera que quiera teletrabajar en una oficina compartida.
Asimismo, esta entidad junto a otras del territorio, ha recibido recientemente una subvención de la Diputación de Zaragoza para la realización de varios talleres de artesanía y reconstrucción tradicional. Se trata de un proyecto que lleva tres años desarrollándose y que está previsto para finales del mes de septiembre, atendiendo también a la evolución de la situación sanitaria en la comarca. En principio se desarrollaría al aire libre en grupos reducidos.
Los interesados podrán trabajar el tallo de caña, la forja, la cerámica o la madera de olivos. «Queremos poner en valor el pasado y a la vez con ello construir el futuro, y para esto hacemos estos talleres que esperamos tengan muy buena acogida», ha puntualizado Ferrer. De hecho, están dirigidos a personas del oficio de la artesanía, aunque también a la gente que quiere «aprender y descubrir». «El año pasado contamos con gente que tenía curiosidad y querían aprender, nos adaptaremos a las necesidades de cada uno».
La entidad también está acogida al ‘Programa Arraigo‘ impulsado por la Universidad de Zaragoza y el Gobierno de Aragón cuyo objetivo es incentivar el regreso de los jóvenes a su lugar de procedencia para realizar prácticas en diversas entidades y empresas. «Permite que los jóvenes que han estudiado una carrera fuera puedan volver. Vamos a hacer llamamiento para los interesados que puedan vivir en Caspe o en un entorno de 50 km para hacer prácticas remuneradas».
Durante los últimos meses la falta de ingresos ha sido notable en la entidad debido a la paralización de las actividades a causa del coronavirus. Por eso animan a todos los interesados en este proyecto a colaborar ya sea convirtiéndose en socio o a través de donaciones, para seguir impulsando sueños.