¿Quién dijo, navideños lectores, que los cuentos de Navidad solo pueden ser tiernos o entrañables? La blanca Navidad que se canta en los villancicos no es tan luminosa como quiere hacer parecer la publicidad, y la literatura ha sabido mirar siempre a través de las grietas del mazapán. Por todo ello, os presento y recomiendo una antología de cuentos que os demostrará que algunos relatos de Navidad pueden ser terroríficos y estar cargados de misterio…: «CUENTOS DE NAVIDAD MISTERIOSOS».
Como comenta Antonio Iturbe en el prólogo de este libro, hubo un momento en la historia en que la celebración de la Navidad fue prohibida en algunos países tras la Reforma protestante, por considerarla una manipulación de los papistas sin ninguna justificación en la Biblia. Cuando tras varias décadas vuelve a legalizarse, su popularidad había decaído mucho en estas naciones (Inglaterra, Alemania, Estados Unidos…), y podía considerarse en vías de desaparición. Son varios los estudiosos que coinciden en que la narración de Charles Dickens «Un cuento de Navidad» (1843) desempeñó un papel muy importante en la reinvención de la fiesta de Navidad, haciendo hincapié en la familia, la compasión y la celebración hogareña (además de ser un relato de fantasmas cautivador). Tal vez porque Dickens tuvo una infancia desastrosa y desdichada, sintió en la edad adulta la necesidad de salvar para los pequeños ese reducto de fantasía y esperanza en los milagros que es la Navidad. Podemos así aseverar que la literatura salvó la Navidad.
De entre todos los cuentos raros, extraños y sugerentes de Navidad, no hay otro más canónico que «El cuento de Navidad» de Dickens. Pero, quizás por ser tan conocido, en esta antología se ha seleccionado otro de sus cuentos no menos asombrosos: «La historia de los diablillos que se llevaron a un sacristán», en donde conoceremos las extrañas aventuras del sepulturero Gabriel Grub.
Fueron muchos los escritores influenciados por Dickens, pero de entre ellos quizás el más genial fue Chesterton -hombre agudo y perspicaz como ningún otro-, del cual se reproduce el cuento «Las estrellas fugaces», perteneciente a la serie protagonizada por el sagaz padre Brown; y que es, según palabras del autor, «un cómodo y alegre crimen de Navidad».
En las páginas de esta antología os encontraréis relatos de lo más asombrosos y, sobre todo, de lo más absorbentes; algunos casi hipnóticos, como «La sombra» de Edith Nesbit. Otros de autores muy conocidos, como Stevenson, J.M. Barrie (el autor de Peter Pan), Thomas Hardy o H.P. Lovecraft. Pero también autores menos conocidos con una sorprendente capacidad para susurrarnos historias inquietantes. Y también veremos otra manera de contar la Navidad en autores no anglosajones, como Bécquer o Pardo Bazán, con un cuento que para mí es el mejor de todos, que parece escrito la semana pasada.
Todos los cuentos de esta antología, incluso los más clásicos, tienen la capacidad de no envejecer porque nos siguen asombrando y asustando con la misma intensidad como cuando fueron escritos. Así pues, acomodaros cerca de la chimenea o bajo las sábanas y, mientras cae la noche, rendiros al embrujo de estas historias fascinantes mientras disfrutáis de una ¿…dulce Navidad?
Miguel Ibáñez. Librería en Alcañiz