El SSPA exige que el Desarrollo Rural sea «trasversal» y no se limite a priorizar el sector primario
La despoblación se ha enquistado como una de las grandes epidemias del medio rural. Los cientos de planes, foros, conferencias, fondos y ayudas que promueven todas las administraciones públicas no han sido capaces de frenar una situación que cada año empeora notablemente. Atendiendo a los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), el Bajo Aragón Histórico perdió este año más de 800 vecinos, un bajón que se acentuó en la cuenca minera.
Dinero hay, pero, en buena parte, no está sirviendo para paliar el constante éxodo rural y asentar población en los pequeños municipios. El gran debate gira en torno a cómo y dónde se gasta todo el dinero que llega, en este caso a la provincia de Teruel, en forma de ayudas. La más importante, el Fondo de Inversiones de Teruel, dotado cada año con 60 millones de euros. «Se han desarrollado proyectos estratégicos como Motorland o Nieve Teruel, pero no son suficiente. Todos conocemos la problemática, ahora lo que hace falta es tomar medidas e impulsar acciones que surtan el efecto deseado», aclara Carlos Torre, presidente de la Confederación de Empresarios de Teruel (CEOE Teruel).
En ese sentido, la provincia de Teruel ha encontrado en el norte de Escocia un modelo eficaz por el que en los últimos 50 años se ha conseguido revertir el proceso de deterioro demográfico y socioeconómico que tenía la región. «Han conseguido que su población vuelva a crecer después de medio siglo de pérdida constante», especifica José Antonio Guillén, técnico de la Red de Áreas Escasamente Pobladas del Sur de Europa (SSPA). Este organismo, creado por los agentes sociales de Teruel, Cuenca y Soria -y al que se han sumado ahora dos regiones de Grecia y Croacia-, realizó un viaje en mayo a la zona para conocer el modelo e implantarlo en el territorio.
Este martes las SSPA presentó la estrategia a seguir para extrapolar el modelo y, por ende, los resultados. Es un reto que no se presenta nada fácil puesto que implica un cambio radical en la forma de gestionar la problemática. Allí, es un organismo autónomo y despolitizado -la agencia Highlands and Islands Enterprise- el que se encarga de trazar las líneas a seguir, estudiar las oportunidades de cada zona y buscar nichos de negocio, según las posibilidades, que puedan tener éxito. Lo forman un equipo de especialistas, elegidos a través de ofertas públicas de empleo, y se encargan también de localizar inversores y facilitarles el asentamiento adaptando, en la medida de lo posible, la normativa a las necesidades y condiciones del territorio. Trabajan con total autonomía de acción. «Y cuando ven una posibilidad de un negocio y no encuentran inciativa privada para llevarla a cabo, apuestan por la creación de empresa de economía social a través de los fondos existentes», puntualiza Torre. Recuerda que en 2017 la agencia escocesa destina a las políticas de despoblación 94,4 millones de euros, una cantidad que supone 202 euros por habitante. Se trata menos del doble de lo que corresponde el FITE a cada uno de los turolenses (441 euros pro habitante). «Estamos viendo que no es una cuestión de dinero», recalca Guillén.
Otro de los factores del éxito escocés es considerar el Desarrollo Rural y sus políticas como un asunto trasversal, que no solo afecte al sector primario. Al respecto, tienen en cuenta una serie de componentes esenciales para el desarrollo como son la dotación de infraestructuras y equipamientos básicos; una oferta de vivienda asequible y de calidad; disponibilidad de servicios básicos para la pobación sanitarios, educativos y sociales; conectividad y comunicaciones adecuadas; y un marco normativo consecuente con las realidades y necesidades de cada territorio. Además, dan especial importancia a la presencia, generación y formación de actitudes de emprendimiento y trabajadores especializados. «Debemos de dejar de entender lo rural como todo lo asociado a las labores del campo y empezar a entenderlo como un espacio extenso, de poblamiento dispesrso, multifuncional en lo social y en lo económico, con alta calidad ambiental y en el que vivir y prosperar», explican desde el SSPA.
Una vez presentada la estrategia, el SSPA lo que pretende es darla a conocer a todas las administraciones. Las sensación es positiva puesto que, en el último año, el Gobierno de Aragón -impulsor del viaje a Escocia-, la dirección general de Desarrollo Rural del Ministerio de Agricultura y la Comisaria Europea de Política Regional se han mostrado interesados en poner en marcha la directiva escocesa. Además, ya se ha confirmado que el SSPA estará presente en la elaboración del plan de desarrollo rural europeo 2021-2026.
Creo que gran parte del éxito escocés es que los fondos los administra un organismo autónomo y despolitizado. Cuando entran en liza los políticos en la gestión ya sabemos lo que sucede, burocracia, ineficiencia y en muchas ocasiones corrupción. Que dejen a la gente organizarse de manera horizontal y gestionen sus propios proyectos, lo demás ya se ha demostrado que no sirve. Ah! y que se auditen los proyectos para ver cuáles son más viables para el territorio y su gente.
Hace 50 años en Escocia se descubrieron los yacimientos de petróleo del mar del norte. No será eso lo que esta aumentando la población???
Hace mas de 100 descubrimos el carbón en nuestra provincia, y para lo que ha servido es para aumentar la cuenta de resultados de las multinacionales que explotan esos recursos, exactamente igual que en Escocia. El peso del sector energético en la economía del Norte de Escocia es menor que el del carbón en la nuestra, la transformación del petroleo y el gas escoces (donde verdaderamente se genera valor añadido) se hace fuera de las Highlands y las labores de extracción apenas generan empleos directos (menos incluso que en el caso de la minería)…Seguramente algo más que el petroleo explica que la población de esta región haya crecido un 22% desde 1961 (frente al 2% del conjunto del Escocia) y que nosotros, estemos donde estamos.
El problema es grave y complejo, la solución no existe son «soluciones» y desde luego no hay varitas mágicas para resolverlo. Hace falta analizar escocia, pero también la eficiencia de ciertos tipos de ayudas, hay que saber que funciona y qué no funciona.
Por otra parte, cuando baja la población mantener unos servicios y unas infraestructuras mínimas decentes da valores altos por habitante, inevitable.
Hay que revertir esta situación cuanto antes y todas las ideas valen la pena.
Creo que si nuestras Administraciones entendieran que “revertir” la situación del “vacío” rural pasa por garantizar servicios de la misma calidad que los que se prestan en los grandes núcleos urbanos, otra situación empezaríamos a tener.