El Centro de Estudios Comarcales del Bajo Aragón-Caspe (CECBAC) junto al consistorio caspolino organizan este sábado la conmemoración del 50 aniversario del rescate de la ermita de Santa María de la Horta. La cita tendrá lugar en Santa María de la Horta y después se iniciará un recorrido por las cinco ermitas caspolinas acompañados del folclore de la rondalla caspolina.
La jornada empezará en el exterior del monumento con unas breves intervenciones y posteriormente se inaugurará una placa alegórica al momento que se vivió hace 50 años con el rescate y también haciendo referencia a toda la gente que participó. Además, se proyectarán hasta 100 fotografías correspondientes a esa época comentadas por el periodista Alberto Serrano, que además fue uno de los voluntarios que participó en esta cita histórica. «El rescate nos formó como personas, y es un claro ejemplo de compromiso social insuperable», señala Alberto Serrano.
Para clausurar la jornada, la música será la protagonista durante el resto de la tarde. La rondalla caspolina ha preparado para todos los asistentes una ‘Ronda entre ermitas’. Se realizará un recorrido por las ermitas y en cada parada se dedicará una jota a cada una de ellas compuesta por José Ballabriga. «Muchas veces están cerradas y queríamos darles protagonismo», señala Asunción Piazuelo, profesora de baile de la rondalla.
El mayor rescate colectivo caspolino
Corría el año 1964 cuando se anunció que las aguas del nuevo embalse de Mequinenza iban a sepultar algunos emblemas del patrimonio caspolino. Entre ellos, las mejores huertas del término municipal, la tumba romana de Miralpeix y la ermita de Santa María de la Horta.
De ese mal sueño, la tumba se salvó, pero nada se pudo hacer por conservar la ermita románica. A principios de 1965, el caudal subió y poco a poco fue sepultándola bajo las aguas del embalse de Mequinenza, de hecho, el monumento estuvo sumergido durante ocho años sin que los caspolinos pudiesen contemplarlo.
La buena noticia no llegó hasta el año 1973 cuando se anunció el descenso del curso del agua del embalse, o en otras palabras, la oportunidad de poder rescatar, durante un tiempo, la ermita de Santa María de la Horta.
El gran anuncio puso rápidamente en pie a buena parte de la sociedad civil de Caspe que caminaban juntos hacia un objetivo claro. Asimismo, cabe recalcar que los medios regionales hicieron eco de la noticia, pero en especial fue Radio Caspe la que fue clave en el rescate, ya que inició una masiva campaña radiofónica para dar voz e incentivar a las personas a la colaboración de todo lo que estuviera en sus manos. Algunos caspolinos no conocían la ermita y gracias a escuchar la noticia en la radio de que se necesitaba ayuda tanto de mano de obra como económica, no dudaron en aportar su granito de arena y colaborar en lo que hiciera falta.
Para poder llevar a cabo el rescate, se diseñó una estrategia y en esta ocasión los voluntarios fueron dirigidos por el centro de iniciativas turísticas (CIT) y el Grupo Cultural, conocido en la actualidad por CECBAC. «Los caspolinos siempre se vuelcan en ayudar y en el rescate lo demostraron una vez más», señala Amadeo Barceló, actual presidente de CECBAC. Además, a esta iniciativa popular histórica, se sumaron asociaciones y particulares. De hecho, fue clave la colaboración de Extensión Agraria o la Hermandad de Labradores. Ambas hicieron posible con sus medios y con la ayuda económica de los voluntarios un rescate de estas características.

En solo tres días, se organizaron y enseguida empezaron con las obras. La dirección estuvo a cargo del arquitecto Ángel Peropadre, el aparejador Daniel Sola y el albañil Manuel Callo. Poco a poco se iba avanzando con el traslado, y las piedras, ya marcadas y separadas se iban subiendo en tractores por los voluntarios.
A la campaña del rescate se unieron todo tipo de personas, desde estudiantes de instituto que se dedicaban a mover las piedras y a pintar, hasta gente con mayor experiencia en el tema de las obras que se encargaban de desmontar las piedras. También hubo muchas personas que trajeron sus tractores y ayudaron en todo lo que fuera posible. Asimismo, la sociedad caspolina se volcó e impulsó una campaña simbólica para apadrinar piedras por 50 pesetas para así conseguir dinero y avanzar con las obras.
Los días del rescate estuvieron protagonizados por el trabajo incasable de los caspolinos, e incluso también hubo algún susto. Cinco personas casi perdieron la vida cuando se les volcó la barca en medio del embalse y tuvieron que ser rescatadas. Afortunadamente, todo quedó en una anécdota y pudieron continuar con el proceso. Finalmente, el traslado se produjo en un tiempo récord y los caspolinos lograron en 20 días completar este gran hito.
La reconstrucción tardó 25 años en realizarse y se ubicó cerca de la Torre Salamanca. Gracias a ello, pudo tener una segunda vida y en la actualidad cuenta con una antigüedad de 800 años. En la actualidad, se realizan bodas civiles y en ocasiones clases de yoga.
Con esta nueva alcaldesa se reconstruiría en 25 min o no por que no sabe quién paga las cosas
Recuerdo perfectamente aquella época de mi niñez en Caspe. Todavía resuena en mi cabeza la campaña extraordinaria que se hizo desde radio Caspe para salvar la ermita. Muchos años después, he tenido la satisfacción de visitar santa María de la Horta en las inmediaciones de la Torre de Salamanca.
Se olvidan comentar que la Iglesia Católica no quiso colaborar de ninguna manera.
Eso si, cuando 25 años después estuvo reconstruida, corrieron a solicitar la titularidad ante el Ayuntamiento. Lógicamente les dijeron que no.